Llevo visitando Canarias sin fallar un solo año, desde 1.988 o sea desde hace 37 años en estancias después de mi jubilación cada vez más largas. En ese tiempo he podido comprobar las atrocidades que se han realizado en las islas como consecuencia del papanatismo de muchos de sus visitantes, de la falta de visión y la corrupción de los políticos que cortan el bacalao en el archipiélago, el sistema caciquil que sigue estando presente, la falta de conciencia ciudadana que bastante hace con sobrevivir y la falta de líderes con visión conservacionista como la del lanzaroteño César Manrique y como no, de la voracidad de tanto empresario que no ven más allá de la cuenta de resultados.
Todo ello ha dado como resultado que con la excepción de las islas más occidentales cuales son La Palma y El Hierro en las que no se han dado las condiciones más arriba descritas- lo que en mi opinión les da la categoría de los últimos reductos de un paraíso perdido - a las que hay que sumar la carencia de playas y lo dificultoso de su orografía lo que hace muy incómodo moverse por ellas, amén de su escasa infraestructura turística derivada- afortunadamente - de la escasa demanda.
Y los resultados son claros. El Hierro tiene del orden de 11.000 habitantes y recibe al año unos 20.000 visitantes lo que supone que no llegan a 2 visitantes por habitante. La Palma se mueve en similares parámetros ya que para 85.000 habitantes, (menos que Barakaldo), recibe 130.000 visitantes por lo que a sus moradores "les toca" a 1,5 por cabeza.
En el polo opuesto se encuentra el islote La Graciosa situado al norte de Lanzarote con una superficie de 29 km. cuadrados es decir poco más que la superficie de un cuadrado de 5 km. de lado, recibe 300.000 visitantes al año cifra que para sus 700 habitantes supone "soportar" las avalanchas centradas particularmente en verano, de 430 turistas para cada uno de ellos. No hace falta tener una gran imaginación para suponer como se sentirán esas 700 personas ante esa descomunal avalancha ante la cual las autoridades del Cabildo de Lanzarote,- que es a la que pertenece el islote - han hecho "mutis por el foro" porque supongo que identificarán esa situación como suelen hacer las autoridades políticas en general, como una positiva muestra de desarrollismo económico.
Comparen los valores que supone esa presión sobre sus habitantes con las que se producen en las dos únicas joyas de las 8 que había en el archipiélago todavía no hace muchos años y encontrarán la respuesta a que su identidad como pueblo sigue orgullosa y su ritmo de vida esté en las antípodas de lo que está ocurriendo el Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y (en esta en un proceso degradación sostenida desde la muerte del ya citado Cesar Manrique) y en menos grado en La Gomera, donde en todas ellas la vida es más cara, la circulación de vehículos alcanza valores que hace perder a sus usuarios una buena parte de su vida en ellos debido a la falta de transporte público y la escasa estructura vial y a los "renta car" que utilizan los turistas que suponen el 30% de los matriculados por la población autóctona, la falta de viviendas asequibles que hace que los alquileres suban como la espuma lo que lleva consigo a que los trabajadores tengan que fijar su residencia cada ves más lejos de sus centros de trabajo y todo ello adobado con unos salarios a la cola de los percibidos en las 16 Autonomías restantes tanto por la cicataría del empresariado canario como por el bajo contenido de los puestos de trabajo del sector servicios.
Con esa pérdida de identidad de lo canario, la incomodidad y caída de servicios que supone esa avalancha de turistas, la carestía de vida, la falta de viviendas que hace que los precios de los alquilares de ellas sean muy altos, la pérdida de horas de vida por los desplazamientos... ¿a quiénes benefician esas pérdidas de condiciones de vida que podían haber tenido los habitantes de estas islas con unos políticos honrados y eficientes ?.
Pues la respuesta es tan obvia que me la ahorro.