Un ex presidente del gobierno español ha manifestado hace unos días que piensa renunciar al cargo de consejero de una importante empresa energética española porque según sus manifestaciones, "el puesto le aburre", redondeando su declaración indicando que "accedió a ese puesto para aprender sobre energía". Ante la magnitud de la cifra que le pagaban - que no se ganaba - cabe pensar que en contadas ocasiones de la historia, por no decir ninguna, un estudiante que seguirá sin distinguir una caloría de un caballo ganador del derby de Epsom, ha cobrado por asistir a clase, 120.000 euros del ala al año. A esos ingresos hay que sumar los 50.000 euros aprox. que percibe por su condición de ex presidente del país, además de una cantidad sin determinar para gastos de oficina, gastos a los piensa renunciar dado el modesto importe de los mismos. Todo un detalle por su parte. Deben sumarse a esas cifras, que se sepa, los ingresos que obtiene por las conferencias que imparte, de modo que calcularle unos ingresos anuales de 300.000 euros brutos no parece descabellado, lo que para los tiempos que corren no está mal, pero es que todo les parece poco. ! Qué lejos están los tiempos de la chaqueta de pana y la tortilla de patatas en el campo !
Por otra parte, que esa empresa le pague la cifra indicada por razones que calladas quedan dichas, está mal, muy mal. Pero que encima el ex presidente de marras pretenda hacernos creer que nos falta un largo hervor, utilizando para justificar sus actuaciones, peregrinos y groseros argumentos, ya es demasiado. A estas alturas me imagino que habrán adivinado que me estoy refiriendo a Don Felipe González Márquez, supongo que excelentísimo señor por su condición de ex presidente de este sorprendente país que es el nuestro.
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