viernes, 14 de marzo de 2025

LOS IDUS DE MARZO

 "Cuando el tiempo está de leche hasta las hormigas dan un litro", refrán que se atribuye a los chinos pero vayan Uds. a saber. Pero la verdad es que en todos los refranes siempre hay algo de cierto ya que si el día de ayer tocó glosar la efemérides del valor de pi, ese legendario 3,1416, calculado por Arquímides, el que se refiere al día de hoy toca recordar el asesinato del Julio Cesar el archifamoso lider romano al que por cierto se debe el calendario (Juliano por el que nos regíamos hasta 1.582 que se implantó el llamado Gregoriano) y que no es otra cosa que al que existía lo ajustó al ciclo del Sol que dura lo que la Tierra tarda en dar una vuelta completa al mismo - 365 días - dividiéndolo en 12 meses y añadiendo un día más a esos días cada cuatro años, con alguna excepción que no es del caso citar, y que afinó el Papa Gregorio en su calendario, ya que el tiempo exacto que tarda la Tierra en completar ese giro al Sol es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos.

Pero bueno, "a nuestros corderos que dicen los gabachos". 

El 15 de marzo del año 46 a.C. o sea hace ya 2.069 años (como pasa el tiempo ya que parece que fue ayer), resulta que fue asesinado en el Senado Romano  por un grupo de senadores que veían en él un auténtico peligro para la democracia dadas sus ideas totalitarias. 

Y resulta que el hecho fue a ocurrir en los "idus de marzo" en uno de esos días que señalaban lo romanos como de buenos augurios y que en unos meses caían los días 15, como en marzo y en otros en 13. Pero esta vez, por lo menos para César esos augurios no se cumplieron pese que un augur profesional le había advertido con un, "César, guárdate de los idus de marzo", frase que ha quedado para los restos como lapidaria y provechosa. 

Al gran César le ocurrió como a tantos personajes que en la historia han sido que no es otra cosa que el endiosamiento derivado de una trayectoria vital llena de éxitos profesionales que su delirio les lleva a creerse los dueños de ideas, vidas y haciendas del resto de sus congéneres. Por eso Brutus y el grupo de Senadores acabaron con su vida porque se había convertido en un auténtico peligro para la democracia.

Y la historia que se repite como los giros de una noria, nos está mostrando hoy a clones de César con la diferencia de que no será tan fácil pararlos como lo fue a Brutus y sus colegas.

 


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