Queridos lectores y lectoras de Buena mar, Si están leyendo estas líneas, es que finalmente he zarpado hacia el horizonte definitivo, ese del que no se regresa ni con viento de popa ni con GPS. Tranquilos, no es que me haya dado por dramatizar; simplemente, he emprendido el último viaje, sin escalas ni bitácora. A lo largo de estos años, he compartido con ustedes reflexiones, críticas y alguna que otra ironía sobre nuestro querido planeta y sus avatares políticos y sociales. Desde las anchoas de primavera hasta las memorias históricas que algunos prefieren olvidar, he intentado navegar por las aguas, a veces procelosas, de la actualidad. He alzado la voz contra la desmemoria, cuestionado los privilegios anacrónicos y defendido, a mi manera, una visión más justa y coherente de nuestra sociedad. Si en algún momento mis palabras les hicieron pensar, sonreír o incluso enfadarse, entonces mi propósito se ha cumplido. Y aunque ya no pueda gritar "¡Aupa Athletic!" sepan que mi corazón sigue ondeando su bandera. Porque ser del Athletic no es una elección, es una forma de vida que trasciende el tiempo y el espacio. Ahora, les dejo con el timón en sus manos. Continúen cuestionando, escribiendo y, sobre todo, no dejen que la marea del olvido borre las huellas de nuestra historia, que falta les va a hacer para no caer en los mismos errores que ya se cometieron y parece que vamos abocados a repetir. Gracias por haber sido parte de esta travesía. Con afecto y un guiño desde la eternidad, ¡Salud y República!
Elcano
Rafael Hidalgo Segurola Bilbao 16/01/1935 - Arona 27/04/2025
(*) Esta carta no fue escrita por Rafael, aunque, quizás, le hubiera gustado, ha sido redactada por sus hijos Jon, Rafa, Aitor y María.
M
T
G
Y
La función de sonido está limitada a 200 caracteres
No hay comentarios:
Publicar un comentario