Que las empresas se crean para ganar dinero es una verdad evidente por si misma, además de legítima, si bien no deja de ser cierto a que los medios para hacerlo en ocasiones no son éticos. Otra verdad, sueño idílico de todo empresario, es que si pudiera transformaría toda su estructura de gastos fijos de personal en variable, pero como evidentemente eso no lo puede hacer en sus totalidad, lo hace con aquella parte de las estructuras menos cualificadas porque son más o menos sustituibles, reemplazables con garantía para de esa manera minimizar o maximizar, depende, hasta donde les es posible, los movimientos arriba y abajo del mercado.
Y como agente que da servicio a esta variabilidad del empleo se implantaron en España en 1.994, es decir hace exactamente 30 años, las agencias de colocación temporal las llamadas Empresas de Trabajo Temporal, las popularmente como ETT y hoy están censadas en España 28 de ellas, señal de que es sistema se va popularizando.
De modo que si a estos dos agentes se unen las fuerzas de trabajadores que hacen el papel de costes variables tendremos el trío de ellos que componen el sistema Empresas - ETT'S y fuerza de trabajadores temporales.
Las empresas ganan dinero, las ETT'S también, los "temporeros" también, pero si en un sistema económico de tres, ganan dos, para que la suma del beneficio total sea cero, obviamente alguien tiene que perder. Y esa pérdida se localiza en los bajos salarios de los trabajadores que se emplean a través de las agencias de empleo. Esos bajos salarios y hasta la posibilitad de suprimirlos con cese del empleo, son los que como decía más arriba los que posibilitan socialmente para los así empleados un bajo nivel de vida y una incertidumbre por su futuro laboral de una inestabilidad tal que les hace imposible hacer planes ni a medio y mucho menos a largo plazo. Esa angustia es la que en el fondo incrementa la mayor "eficacia" de las empresas que los contratan de esa forma.
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