Tras los sucesos vergonzosos en Roma (seguidores del Athletic) y los de Madrid (seguidores del Atlético) comienzan los llantos y crujir de dientes por parte de todo perro pitxin. Esto no puede seguir así, un día ocurrirá una desgracia irreparable, etc.etc. comentarios que no son sino lágrimas de cocodrilo y que no reparan en que lo que ocurre dentro del terreno de juego y en las gradas no es otra cosa que el efecto espejo de la sociedad en general.
Hemos creado monstruos (millonarios y mucho millonarios prematuros que diría Marcelo Bielsa) que se han - los hemos - constituido en los nuevos dioses de la sociedad, dioses que ríanse Uds. de los que dicen que habitaban en el Olimpo.
Ningún respeto al adversario - piensan que eso es de débiles -, admiración sin límites a sus nuevos dioses, violencia reprimida en sus vidas a la que dan salida desfogándose en ocasiones como las citadas...y que decir de los sesudos directivos de los clubes y federaciones, de toda la parafernalia de técnicos que rodean ese mundillo del fútbol, periodistas (y por si fuera poco todo ello llegan a ese mundillo los petro dólares del los jeques) ..... y es que el tema de la profesionalización de este deporte se está convirtiendo en un negocio de altos vuelos. Jugadores que son fichados por cantidades astronómicas, sueldos exorbitantes de los mismos, presupuestos inimaginables (el Real Madrid C.F. tiene un presupuesto para la temporada 2.023/2.024 de 1.073 millones de euros, casi 180.000 millones de las añoradas pesetas, esas que con 100 de ellas pagabas un café y que con la llegada del euro pasó a costar 1 €, 166,386 ptas. cada uno de ellos, por si no lo recuerdan).
Así las cosas entre la evolución hacia el borreguismo en la sociedad y el negocio en que se ha convertido el llamado deporte rey, esto se ha convertido en un ejercicio como el de cabalgar a un tigre, que si malo es hacerlo, bajarse de él es mucho peor. ¿Solución a desmanes como los citados al comienzo de este escrito ?. Ninguna, pierdan la esperanza, porque la sociedad en la que vivimos es la que es y no la deseable. Así que la fiesta seguirá a este ritmo.
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