viernes, 28 de junio de 2024

LAS MARGARITAS Y LAS DUDAS (1).



Margaritas, Flores, Prado



 Las humildes margaritas de campo comunes no son tan comunes porque existen de varios tipos que contienen 13,21,55 y 89 pétalos y lo curioso es que como en muchos aspectos de la naturaleza, el número de pétalos citados son todos correspondientes a la sucesión numérica de Fibonacci. ¿Y quien era este personaje y que dice su famosa sucesión ?. Fibonacci fue un matemático italiano nacido en PISA  (1.170 - 1.240) y está considerado como el mayor talento matemático de la Edad Media y entre sus muchas aportaciones en ese campo se encuentra su famosa "sucesión numérica" que consiste en que está constituida porque cada número es la suma de los dos anteriores. Empezamos con el 1, el siguiente sería el 2 y el tercero el 3 como suma de 1 + 2. Y así sucesivamente la sucesión la infinita sucesión es, 1,2,3,5,8,13,21,34,55, 89 ..... ¿Capito?. Observen que el  número de pétalos mas arriba indicados coincide con los números de la sucesión numérica del matemático italiano señalados en negrita. ¿Casualidad?. Ni por asomo. Pero volveremos sobre ello.

Como en el circo, más dificil todavía. En la medida que la sucesión va creciendo resulta que el cociente entre dos números consecutivos tiene un valor de 1,618 (hagan, hagan la prueba y verán ) y ese valor es conocido como el "número  áureo" que es igual a la raíz cuadrada de 5, más 1, suma que divida entre 2, da justamente 1,618. 

Ya Euclides (300 - 265 aC) autor de la geometría con la cual nos arreglamos hoy, se le atribuye la determinación del valor del número áureo al que también se le llama (con razón) divina proporción y razón dorada, pero es que en la misma época Pitágoras (323 - 283 aC) llegó a la conclusión de que ese valor coincidía exáctamente con la relación ente la hipotenusa de un pentágono y el lado del mismo. 

Pero bueno me estoy dejando llevar por la magia de este número (que la tiene) y me está ocurriendo como a los deportistas de élite que cuando llegan más allá del cenit de sus carreras no ven la forma de dejarlo. Vale, pongo fin a ello y en la próxima entrega sobre el tema, porque en mi opinión lo merece, saldrán de dudas acerca del porqué del título que encabeza este escrito, rematando además la historia de ese número mágico.

(Continuará)

 

 






G
M
T
Y
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