El Ejido es un pueblo de la zona oriental de Almería, tiene una población próxima a los 100.000 habitantes y ha dado nombre a la zona donde se explota el cultivo hortofruticola bajo plásticos (esas manchas blancas que se aprecian en la foto) aprovechando las condiciones ideales del clima a esos efectos, las características del suelo, la tecnología que han desarrollado los industriales y la mano de obra - barata barata - que prestan los inmigrantes. Las dimensiones de estas explotaciones que están apiñadas son realmente sorprendentes como rebela la imagen que acompaña al final de este escrito.
De punta a punta, esa macro explotación (suma de unas 1.500 unidades de negocio), tiene 45 km. como de Bilbao a Oñati en linea recta y un ancho de 14 km. He calculado, "grosso modo" su superficie y da 440 km. cuadrados, que equivalen al 20 % de la extensión de Bizkaia.
Almería tiene una población de 750.000 habitantes de los cuales 100.000 son inmigrantes (entre los "legales" y los "sin papeles"), lo que supone que estos últimos son el 13% de la población total, de los que la mayoría de ellos trabajan en el sector agrícola y en El Ejido concretamente, estos suponen el 32%.
El éxito económico que se deriva de esa macro explotación - y de la provincia - se debe en buena medida al escaso peso del coste de la mano de obra empleada, que si bien es utilizada con fruición indisimulada por los empleadores, resulta que es ignorada por el resto de la población y no solo ignorada sino que les resulta molesta, tal es el grado de xenofobia que impera en la zona, o lo que es lo mismo "de día nos vienen muy bien, pero a partir de ahí, molestan" y tanto es así que no queremos verlos en los servicios sanitarios, de educación y sociales o lo que es lo mismo, mejor que se vayan. Pese a que se ven claramente beneficiados por su presencia en el trabajo, utilizan a esa vital fuerza de trabajo como un pañuelo de papel desechable, vamos, de "usar y tirar". Lo curioso, por emplear un término suave, es que esos mismos que se ven beneficiados por su provechosa utilización, van y a la hora de votar en las elecciones se muestran partidarios de echarlos fuera de su vista, como lo demuestra el hecho de que en las últimas elecciones del pueblo el resultado de las mismas fue de que el 47% del censo se inclinó por el PP y el 22% por VOX, o sea casi el 70% de los votantes votan llevados por su manifiesta xenofobia.
Al final va a tener razón Saramago cuando decía que "al votante el cerebro les sirva para separar las orejas", porque hay que ser lerdos en grado sumo para no ver por donde van los tiros, en su provincia y en el resto del mundo con un mínimo de decencia y raciocinio.
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