A los 12 dioses del Olimpo griego se han venido a sumar los futbolistas de élite a los que cada vez les pagan más dinero y en la misma medida gozan del enfervorizado favor de sus fans y los admirados jugadores y los aduladores que les rodean han llegado a la conclusión de que hasta el Olimpo, montaña residencia de los Dioses de la mitología griega, se les ha quedado pequeño.
Y para muestra ahí va el último botón. Una estrella del deporte rey, titulo al que se ha hecho merecedor por el dinero, las pasiones, el público que moviliza y los medios de difusión que cantan sus excelencias, se ha visto involucrado por la denuncia de una mujer por agresión sexual durante la visita relámpago que efectuó a Estocolmo hace unos días.
El futbolista famosillo al que nos estamos refiriendo y del que no citaré su nombre porque sin necesidad de hacerlo a buen seguro aparecerá en los papeles con todo lujo de detalles a no tardar mucho y no es cuestión de hacerle aquí publicidad gratuita, llega en un vuelo privado (qué menos para un Dios) a Estocolmo acompañado - como viene siendo ya habitual - por su guarda espaldas, su asistente personal al que probablemente recurrirá para que le baje la cremallera del pantalón y se la saque para mear (a él le dará asco hacerlo porque esa no es una función de un Dios) y un ex colega del balón. Se alojan en un hotel de lujo que es el que utilizan los mandatarios extranjeros en sus visitas oficiales a Suecia (qué menos), pasa la noche en un club exclusivo de la capital sueca donde cerraron parte del local para ellos. Los citados viajeros - bueno, el famosillo - invitan a 30 personas, la mayoría mujeres a sumarse a la fiesta que organizan. Los invitados deben depositar su teléfonos móviles a la entrada del sarao en sobres cerrados. Transcurren los festejos que se habían organizado y al día siguiente requieren el jet privado y se dirigen a Córcega, supongo que para relajarse, porque serán dioses pero no de acero inoxidable al cromo níquel.
La denuncia de la presunta agredida ha cogido vuelo entre las autoridades suecas porque existen visos de que sea cierta y ya empieza la maquinaria a moverse para salir al paso de la misma y a tal efecto su abogada (que a lo mejor es su único cliente, que menos para un Dios) manifiesta sin despeinarse que "su cliente no tiene que reprocharse absolutamente de nada". Nos ha j. mayo con sus flores y sus frutos, solo le ha faltado decir para redondear su aserto que su pobre cliente, pese a su madura edad era virgen.
Estos son los detalles del último suceso protagonizado por un futbolista de élite y digo el último porque antes de este se han sucedido varios. Pues esta es la situación en la que estamos envueltos cada vez más a menudo como consecuencia que con nuestro papanatismo hemos creado ídolos, pero que digo, Dioses que se creen por encima del bien y el mal con un absoluto desprecio hacia las personas y su dignidad y así van sucediendo episodios como este y los que sin duda vendrán.
PS. A que se nota que está lloviendo y estoy en casa enclaustrado.
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