Reconforta ver noticias como la que nos proporciona Jainaga, Presidente de Sidenor, empresa siderometalúrgica que la compró y lo que son las cosas, a un tiburón de los que abundaban en tiempos de crisis, que compraban empresas en ruinas por nada, les hacían un lavado de cara, ponían a todos los trabajadores en la calle, esperaban tiempos mejores y como el aldeano que compraba a 2 y vendía a 4 y decía "yo, con ese dos por siento que gano voy tirando", pues con esa filosofía del cashero, altamente rentable, muchos tiburones como el citado se han hecho de oro.
Ahora los tiburones se mueven por otras aguas, tales como fondos de comercio, corporaciones, bolsa, paraisos fiscales, pelotazos, compradores masivos de viviendas y un largo etc. en definitiva se mueven en aguas de la especulación y nunca - Dios nos libre, dirán - en economías productivas que es lo que pretende hacer Jainaga con la compra o una elevada participación en Talgo, acrónimo de Tren Articulado Goicoechea Oriol.
Ese
Goicoechea, ingeniero militar, de Elorrio, se hizo famosillo antes de su
invención porque fue el que diseñó el "Cinturón de hierro" que debía
defender Bilbao de las tropas sublevadas contra la República y luego
vendió los planos del mismo a los golpistas. Un espabilado en toda
regla.
Pero
antes de llegar al "cambio y corto", unos hurras por Jainaga por su
apuesta por propiciar con su intento la continuidad de la empresa que
construye el Talgo, como mandan los cánones, esto es con dinero contante
y sonante en corto y por derecho, sin recurrir a los subterfugios en los que se amparaban los
tiburones antes citados, dando así cuerda a la continuidad esa industria.
Hip hip, hurra. Hip hip, hurra. Hip, hip, hurra, por el resurgir de un bizkaino que vuelve por los fueros de sus antepasados empresarios creadores de riqueza productiva pudiéndose haber refugiado como tantos otros patriotas de pacotilla en la especulativa.
Salud y ahora si. Cambio y corto.
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