A principios de la década del los 60 del pasado siglo y con un modelo similar al que se desarrolló en la Península en las zonas del litoral, se produjo en Canarias un fuerte incremento del turismo de masas y en ambos casos se vieron afectados por un intenso y desordenado proceso de urbanización en las citadas zonas.
Tradicionalmente el turismo en Tenerife - muy escaso para lo que es hoy - estaba localizado en el norte, en el valle de la Orotava y en el Puerto de la Cruz, con peor clima que el del sur de la isla al que turismo de masas no llegaba porque esa zona estaba casi incomunicada por tierra - con una carretera cuyo trazado discurría a media montaña salvando numerosos barrancos que hacía que el viaje desde el aeropuerto del norte hasta el sur se hiciera eterno.
Pero la cosa dio un giro espectacular en lo que se refiere a la comunicación entre el norte y sur de la isla cuando se construyó una autovía (que aquí se empeñan en llamar autopista) en el 1.974 de modo que tanto las gentes del norte de la isla como los que llegaban a él en aviones podían acceder al sur con una relativa comodidad. Tres años después sucedió en el aeropuerto del norte, Los Rodeos, un tremendo accidente en la pista del mismo por causa por un error de los pilotos y de la intensa niebla que con frecuencia aparece en él que originó 583 victimas mortales. Ese accidente animó a las autoridades a poner en marcha un aeropuerto en el sur que se inauguró en 1.978 a partir del cual se inicio el desmadre de un tipo de desarrollo turístico que casi 50 años después sigue imperando con renovados bríos.
Y lo uno trajo a lo otro. Masiva construcción de hoteles, llegada a la zona de personas como trabajadores del sector servicios que recibían, y siguen, salarios que después de los de Extremadura y Andalucía son los más bajos entre las 17 comunidades españolas, pese al que PIB de las Canarias ocupa el 8º puesto entre ellas, lo que da idea de la desigualdad del reparto de la riqueza generada y es que los empresarios canarios de los que tengo referencia directa están anclados en materia de gestión en el medievo hasta el punto de que entienden que administrar bien sus negocios empieza por pagar poco a sus trabajadores y claro, como menos la hermosura y el embarazo se pega todo, los empresarios "guiris" se han subido a ese carro, supongo que para no desentonar.
(Continuará)
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