CANARIAS TIENE UN LÍMITE (1).

Bajo el lema "Canarias tiene un límite" el próximo día 20 se van realizar manifestaciones en las capitales de las islas que exigirán que se ponga límite al crecimiento descontrolado del turismo en el archipiélago, en forma de una moratoria turística, la implantación de la ecotasa y que se proteja el derecho a la vivienda de la población local.

En mi opinión se quedan cortos en sus exigencias pero aquí bien se puede aplicar el viejo lema de que, "las escaleras conviene subirlas de escalón en escalón", pero para una adormecida ciudadanía canaria no parece mal comienzo.

Esos deseos de la parte comprometida de la ciudadanía canaria que como digo parece empieza a despertar, tiene recorrido y coincide con la situación que se está produciendo en el archipiélago en el que, los bajos salarios existentes, el grave problema de la vivienda, el alto índice de paro, la saturación de las infraestructuras de transporte, la gestión de los espacios naturales protegidos y de los otros, cabe añadir, el auge que están tomando las construcciones ilegales ante el cual la Administración permanece ciega, la lentitud de la Justicia para conseguir que se demuelan la multitud de edificios ilegales, el tratamiento de los residuos de todo tipo, el déficit en la gestión del ciclo del agua y de otros recursos esenciales. Todos esos problemas, que tienen carácter estructural, seguirán existiendo porque la realidad es la que es y ha corrido mucha agua bajo los puentes desde que se inició esta loca carrera del turismo y ahora - caso de que exista voluntad para enderezarla - la tarea adquiere la dimensión de titánica, dada la que presumo inamovible posición del empresariado local, con los caciques de siempre a la cabeza y de las multinacionales a los que los  problemas citados se las trae al pairo dado que lo único que les interesa es hacer caja en el menos tiempo posible y por supuesto a la ineptitud de la clase política a la que se viene a sumar un interés desmedido por el dinero de origen oscuro. 

A lo mejor es que este calimón que hoy tenemos me está poniendo de un pesimista subido pero es que en los poderes públicos, a la escasa formación existente se suman la falta de sensibilidad hacia el medio ambiente y su tendencia a redondear sus ingresos y en estas condiciones dada la dimensión de situación existente y el espíritu que anima al empresariado mucho me temo que acabaremos con aquello de "virgencita, que me quede como estoy". 

Este último deseo es especialmente válido para La Palma, La Gomera y El Hierro, que por diversas circunstancias, todavía son unos espacios reconocibles.

 

(Seguirá).