jueves, 18 de abril de 2024

EL CASO DE LA SENTENCIA INCREIBLE.

Siguiendo con las peculiaridades de este hermoso archipiélago canario hoy me voy a referir a un increíble suceso ocurrido en Tenerife en un pueblo llamado Güimar situado a medio camino entre el norte y sur de la isla en la costa este. Se trata de estas canteras que aparecen más abajo.

Alrededor de los años 90 comenzaron las explotaciones de áridos en territorio de Güimar que durante su existencia hasta el cierre de las mismas no fueron legalizadas. 

7 años después la alcaldesa del pueblo decreta el cierre de las mismas. Los explotadores de las mismas hacen caso omiso y siguen trabajando en ellas y vecinos y autoridades esta vez de la mano cierran de manera temporal el acceso de camiones a las canteras. Llegan finalmente a un acuerdo - no se en que términos aunque el mismo permite sospechar de la limpieza del mismo - para levantar el bloqueo y siguen funcionando.

11 años después de que el Ayuntamiento decretara el cierre, que se dice pronto, cesa la actividad, es decir las canteras se cierran a toda actividad en el año 2.008, tras 18 años de explotación.

Pero dos años antes, en el 2.006 el abogado Carlos Álvarez en representación de dos ciudadanos- supongo que tinerfeños - presentó una querella ante el desastre ecológico que la explotación estaba realizando, denuncia que dio origen a un caso que se denominó "los áridos de Güimar". 

La Audiencia de Santa Cruz dictó sentencia en el 2.021 que no fue otra que la insólita de que la propiedad tenía que rellenar el agujero que había dejado la extracción de  ¡ 22 millones de metros cúbicos de áridos ! para dejar el terreno en las condiciones ideales a la vez que les exigió una fianza de 238 millones de € para garantizar el buen fin de la sentencia.

 Los propietarios "mineros" como es habitual cuando están podridos de pasta gansa, recurrieron la sentencia al Tribunal Supremo por si sonara la flauta y este dictó una sentencia que con mucho sentido común difería de manera notable de la que emitió la Audiencia de Santa Cruz y que consistió en que pagaran 185 millones de euros por el desastre ecológico que habían producido además de que pagaran las costas del proceso. 

Uno solo de los propietarios pisó la trena porque los restantes llegaron a un acuerdo con la fiscalía que les libró de la cárcel. Hasta aquí la relación de los hechos que bien merecen algún comentario. 

- La sentencia de la Audiencia de Santa Cruz es como para entrar en el libro de los récords de Guinness en el apartado de estupideces, porque 1) ¿de donde pensaba su Señoría que iban a obtenerse 22 millones de metros cúbicos de material para efectuar el relleno?. 2). ¿Se le ocurriría a su Señoría calcular cuantos viajes de camión harían falta para transportar ese volumen de material?. Pienso que no ya que es de letras, pero puestos en ello le diría que a lo mejor no bajaban de 1,1 millones a los que habría que sumar otra buena serie de maquinaria. En definitiva, a lo dicho. Una sentencia insólita por  irrealizable.

- El alcance del desastre ecológico causado a la vista está pero lo que no se ve son los riesgos para las infraestructuras de la zona, la inestabilidad de los terrenos que supone un grave peligro, los riesgos que corren las personas que viven por la zona, la desaparición de medios de vida por las parcelas eliminadas, los acuíferos afectados por las excavaciones...

-¿ Qué "razones" de peso tuvo que tener la alcaldesa de aquel entonces para no persistir en su acción de cierre de las canteras durante 11 años?.

- ¿Como es que esas canteras que se ven efectivamente desde la autovía que une el sur y el norte de la isla no suscitaran la intervención de ningún político de relumbrón y que tuvieran que ser dos ciudadanos de a pie quieres levantaran la liebre?. ¿Acaso es que la larga mano de los explotadores de las canteras tenían suficiente gofio en la lata para que muchos pudieran hacerse con el?.

- Pagaron una multa de 185 millones de euros y salvo uno de los "industriales" que estuvo el tiempo de un suspiro en la trena los demás ni la pisaron y es que en Canarias sale muy barato destrozar la naturaleza. ¡ Que digo barato !, si lo mas seguro es que los ingresos que obtuvieron en la ilegal explotación durante 18 años en una isla en pleno delirio constructor fueron muy superiores a los 185 millones citados.

-Es de suponer que con todo o parte de esos 185 millones se intentará paliar de alguna forma ese escarnio ecológico y espero y deseo que se haga con total transparencia y que no se confundan los euros con el gofio.

- Transcurrido 18 años, tiempo durante el cual las canteras estuvieron impunemente en explotación, dan cumplida cuenta de como están las cosas de la Justicia, de la política y de los que la practican y de la adormecida ciudadanía.  Aquí en Canarias donde la sensación de que han transcurrido 18 años, tiempo durante el cual las canteras seguían en explotación dan cumplida cuenta de como están las cosas de la Justicia. Aquí en Canarias quizá porque han viajado mucho a Venezuela y Cuba da la sensación de que han hecho suyo el principio criollo que dice, "vive y deja vivir".

Fin de la historia...hasta la próxima que sin duda se producirá porque están muy, pero que muy entrenados.

 

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transcurrido 18 años, tiempo durante el cual las canteras seguían en explotación dan cumplida cuenta de como están las cosas de la Justicia aquí en Canarias donde la sensación de que han hecho suyo el principio criollo que dice, "vive y deja vivir".

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