Algo se está moviendo en la siempre tranquila - por decirlo de una manera diplomática - ciudadanía canaria que salvo contadas excepciones ha permanecido impasible ante el destrozo de la naturaleza del archipiélago de las manos en muchas ocasiones de intereses procedentes del exterior con la interesada colaboración de la clase política canaria que ha encontrado en el desarrollo de esa actividad una manera de engrosar sus ingresos en forma de sobornos de distinto pelaje.
Las zonas turísticas se han visto estos días con lo nunca visto, con pintadas en inglés que decían a los turistas que se quedaran en sus casas, que se fueran y lo que es más, el próximo día 20 de abril hay convocadas manifestaciones en cinco islas con el lema, "Contra la masificación".
Este incipiente movimiento ha puesto de los nervios a todo el sector empresarial turístico así como a las autoridades políticas que no están acostumbradas a esa actitud y ya se han lanzado voces desde alcaldías, empresarios, Cabildos, Gobierno Canario, Cámaras de Comercio, Patronales locales, partidos políticos.... hasta la CEOE ha metido baza en el asunto. Todas esas instituciones han venido a coincidir en lo mismo. Los turistas no vendrán, se irán a otros lugares que se muestren más agradecidos por su presencia por lo que el PIB se desplomará, la construcción salvaje y en muchas ocasiones ilegal se resentirá, el paro aumentará, el índice de riesgo de pobreza se disparará, etc. etc. y lo dicen como si la evolución positiva del PIB guardara una relación directa con el grado de satisfacción de la ciudadanía que ve como pese a que el número de turistas que visitan las islas va aumentando sin parar, las condiciones de vida de la misma en lo que se refiere a vivienda, salarios, educación, paro, transporte, índices de carestía de la vida - pese a la panacea del turismo - ocupan los últimos lugares de España.
Entonces ¿que es lo que empieza a preocupar a todas aquellas personas y entidades que han hecho del archipiélago un territorio en el que impera la corrupción y el desprecio por los derechos humanos más elementales y en el destrozo de la naturaleza con fines espurios algo que se ha hecho habitual con un escaso o incluso nulo coste para ellos?. Pues que la conciencia ciudadana despierte y empiece a poner en dificultades a toda esa chusma que ha llevado con su insensibilidad, ineptitud y sobre todo, corruptelas, a esta situación calamitosa en todos los aspectos que está sufriendo la ciudadanía de las islas.
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