Lo que faltaba para el duro. Ese pirao en la capital mundial de la facholandia predicando la buena nueva y los asistente a su conferencia aplaudiendo sus paridas de manera enfervorizada. Manifiesta de entrada el susodicho que "cuando era un ser despreciable que nadie me quería, solo Santi me abrazó", lo que además de falso economista con un curriculum trufado de trolas (cuestión esta que se está convirtiendo en una auténtica epidemia) rebela que su manejo de los tiempos de verbo Ser deja mucho que desear. Sigue regalando los oídos de los asistentes convocados por ese diario madrileño cuyo nombre es un monumento a los oximorenes, con perlas de este calibre:
"La justicia social es aberrante, el control de capitales
es inmoral, los impuestos son un robo”, ha proclamado en la sede del
diario antes citado ante un público que ha aplaudido y reído sus boutades y sus chistes de manera entusiasta, como está mandado. Señor que cruz la nuestra, aguantar a estos energúmenos, aunque es de justicia decir que cruz, lo que se dice cruz, es la que tienen los argentinos. Decía Churchill que "cada país tiene el gobierno que se merece" lo que me parece una sentencia un tanto exagerada - casi todas lo son - pero que encierra en este caso un punto de verdad en el sentido de que Argentina lo ha probado todo con el resultado que a la vista está y la elección que ha hecho con este sujeto me da que se enmarca en un, "haber si suena esta flauta" y tengo la sensación que una vez más no han acertado. Y me da que el "No llores por mi Argentina" puesto en boca de este especimen que es toda una mala broma de la madre naturaleza, no se va a cumplir porque los lloros de los argentinos van a ser que ríanse del caudal del rio Paraná.
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