LAS TARIFAS ELÉCTRICAS Y EL MINISTRO

Las actuaciones del ministro Soria al que hay que reconocer el mérito de habernos regalado con perlas tan singulares como que el déficit de tarifa eléctrico lo acabaría en un pis pas, que las prospecciones petrolíferas en aguas de Lanzarote  lejos de espantar al turismo añadirían un plus de calidad al indudable encanto que ya tiene la isla y sobre todo el esfuerzo titánico que tuvo que realizar para convencer primero al presidente de la Comunidad Canaria Sr.Rivero, de que el meridiano de Greenwich pasaba por ese archipiélago y después para trasladar, el solo y con un par, los 40.000 km. del citado meridiano hasta las aguas de esas islas. A todo eso que no es moco de pavo, ni puñalada de pícaro, se viene a sumar ahora una decisión sobre la evolución del precio de la electricidad en España.

Las actuaciones  este ministro a este respecto, me recuerdan al sistema que empleaba la artillería tanto de costa como la naval antes de la invención del telémetro. El procedimiento que se empleaba, denominado horquillar el blanco, consistía en ir disparando al blanco corrigiendo el alza de los cañones a los voces de "largo, corto, largo , corto..." hasta por sucesivas correcciones, acabar por dar los disparos sobre el objetivo. Esto es lo que está sucediendo con este cuento inacabable de la lechera acerca de la evolución de los precios de la electricidad en España. Tiene el último invento del ministro, el de calcular mes a mes la evolución de los precios, una clara e indudable ventaja  y es que ahora nos tomaremos el aceite de ricino cucharada a cucharada en lugar de en una sola dosis, lo cual no deja de ser un detalle por su parte. Una vez que deje el ministerio rumbo a un puesto menos expuesto y mejor remunerado, descansará con toda justicia y es que el hombre se lo merece. Lo vale.

LA CRISIS Y LOS EMPRENDEDORES

Que estamos ante una crisis de carácter global, crisis que junto con las acaecidas en los años 70 y 90 comienzan a parecer inevitables- sistémicas que se dice ahora – es algo que no admite ninguna duda. Se puede quizá no coincidir con los exactos términos del origen de la misma, pero que esta crisis no tiene nada que ver en cuanto a sus efectos se refiere respecto a las anteriores, tampoco. En los próximos años seremos testigos de acontecimientos extremos en todos los sentidos, tanto económicos, como sociales y políticos. Y esa circunstancia es algo que amenazará seriamente a nuestra condición de personas. Por esa razón el papel que pueden desempeñar en ese nuevo entorno los emprendedores, esas personas que o bien quieren acceder a un puesto de trabajo por vez primera o por el contrario lo hacen estando actualmente en paro procedentes de una experiencia laboral anterior, el papel que pueden desempeñar, decía, puede ser muy importante. Incluso crucial. Y no solo en razón de que pueden constituir una clara opción al desempleo, sino porque su forma de actuar pueden establecer las bases de un nuevo orden social.

COMO MANTENERSE EN EL PODER

Jean Claude Junckers, luxemburgués con una exitosa carrera política en instituciones europeas, en un rapto de sinceridad proclamó que " los políticos sabemos lo que hay que hacer ; lo que no sabemos es como ser reelegidos después de haberlo hecho". Lapidaria frase que resume perfectamente tantas y tantas acciones políticas sin aparente explicación lógica para el resto de los mortales y que viene a redondear la idea de que todas las acciones de la clase política tienen como horizonte el de hacerse con el poder - ellos sabrán  porque - para una vez instalados en el, aferrarse al mismo como un naufrago a un objeto flotante.

 La política vasca no iba a ser una excepción de esa filosofía, de esa forma de entender el servicio público, porque pese a lo que algunos piensas, no somos ni una pizca diferentes del mundo que nos rodea y así, en esa clave, se entienden los continuos vaivenes de unos y otros para no perder comba, para no perder los votos que les acerquen o mantengan en el poder. El espectáculo que ofrecen es deprimente. Unos más que otros, justo es reconocerlo, pero todos aran y mucho.