LA APTITUD Y LA ACTITUD

Se define la aptitud como el conjunto de acciones que hacen a una persona especialmente idónea para el desarrollo de una función. La actitud es por otra parte el comportamiento que emplea una persona para realizar una serie de labores. Ni que decir tiene que la suma de ambas  dará como resultante el rendimiento global de aquel cometido que realice, de tal suerte que se dará un rendimiento excepcional cuando ambas condiciones alcancen altos valores.
Pero si existe una clara carencia en una de ellas el resultado será mediocre y si por añadidura resultara que ambas características dejan mucho que desear, como por ejemplo, en el caso de nuestro Athletic (1), cuyos jugadores están muy cortitos de aptitud y más cortos todavía de actitud, el resultado es el que estamos viendo desde hace ya algún tiempo. ¿Qué razones pueden existir para que jugadores a los que pagan cada día haga frio o calor, jueguen o no, cifras obscenas, no pongan como compensación un mínimo de actitud ya que es claro que carecen de un nivel suficiente?. Pues primero una falta de respeto a quien generosamente les pagan-el público en general - seguido de un grado de acomodación de aquellos que han solventado su futuro económico a edad muy temprana (millonarios prematuros les llamó Bielsa). En resumen, si a todo ello añadimos una falta de oferta que se traduce en falta de competencia, por otro, que los que disponen de una buena aptitud se van, adobado todo ello con unos dirigentes que navegan como un hovercraft, pues apaga y vámonos.

(1). Athletic Club de Bilbao. Fundado en 1.898

EL INFORME SOBRE ETA

Acaban de presentarse 5 videos con los que se pretende explicar a los alumnos de los institutos la historia de ETA y sus circunstancias y la polémica sobre su contenido ya está servida. Bajo mi punto de vista, cualquier versión que se haga sobre este tema en estos momentos estará distorsionada por dos razones. Una, como consecuencia del escaso tiempo transcurrido a estos efectos desde el final de ETA que hace que la perspectiva resultante de este informe y de cualquier otro que se realice ahora, resultará incompleto, por impreciso, ya que estará cargado de emociones todavía recientes, mala cosa para realizar un informe sobre este dramático episodio de nuestra historia.

Y la segunda es que esta labor entiendo debería realizarse, con la suficiente perspectiva que da el paso del tiempo, insisto, un equipo de historiadores independientes ajenos a nosotros, ya que su juicio no estaría, digamos contaminado, por una visión localista del asunto, necesariamente sesgada por emociones y porque no decirlo, de intereses partidistas.