El Parlamento vasco ha pedido al Gobierno vasco y a la Diputación de Bizkaia que presenten en la Cámara, antes del 30 de junio de este año, un Plan de Competitividad y Sostenibilidad que contenga medidas de choque para garantizar la viabilidad y el equilibrio operativo del Bilbao Exhibition Centre (BEC).
Este proyecto será el enésimo que se realiza sobre el mismo tema, lo que rebela la ingenuidad de la petición del Parlamento en su conjunto. Ingenuos porque el BEC lleva unas pérdidas acumuladas desde su puesta en marcha allá por el 2004 del orden de 240 millones de euros aprox. y ahora nuevamente los parlamentarios, o por lo menos algunos, se caen del caballo como San Pablo, porque si este estudio finalmente se realizara, sería el primer plan de factibilidad del mundo de los negocios que "garantizara" la viabilidad de un proyecto y menos este que ha nacido con las alas tan lastradas de plomo, como consecuencia de la descomunal, de la faraónica inversión inicial del mismo, inversión que sumada al cambio de tendencia de este tipo de negocios, hacen que este proyecto no lo enderece ni los más entusiastas aportes políticos, que ya es decir.
Este intento es uno más de los que cíclicamente sacuden las entrañas de este monstruo de las inversiones mal nacidas. Se cerrará una vez más provisionalmente el tema, porque se pondrá en marcha un nuevo y flamante plan (que por supuesto costará un dineral) y nuestros parlamentarios descansarán con la conciencia limpia que produce el deber cumplido y dentro de tres años cuando se vea que la cosa no va, vuelta del burro a la era y nuevo plan y es que nuestros parlamentarios parece que no tienen asumido aquel dicho del famoso y ocurrente torero que fue El Guerra cuando dijo aquello de " que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible".
R.Hidalgo Segurola
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