jueves, 2 de enero de 2014

ME SUBEN, LUEGO SUBO.

Un editorial de El Correo, hacía recientemente una valoración sobre los incrementos de precio que surgían de manera, al parecer inevitable, en cada cambio de calendario y se quejaba con razón de ello. Que la iniciativa privada suba los precios no es sino consecuencia de que la demanda está muy atomizada y por tanto con poca fuerza negociadora. Pero que las entidades dependientes de las distintas administraciones sigan esa política no revela otra cosa que un anquilosamiento en las formas de entender una gestión moderna que en  otros muchos campos está ya más que superada. El viejo sistema de "me suben, ergo subo", hace tiempo que dejo de existir en organismos evolucionados, que por supuesto no es el caso de las distintas administraciones que nos rigen. Para estas, el amarrar por un lado a sus proveedores y lo que es todavía más importante, matar las ineficacias internas de sus sistemas de gestión, es algo que ni les sonará. Limitan su trabajo al papel de correas de transmisión, llevando a la polea conducida lo que pide la polea conductora, lo que es una manera de gestionar tan cómoda como ineficaz. Están tan faltos de ganas como de conocimientos y así nos luce el pelo.

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