jueves, 15 de febrero de 2018

MORIR DE ÉXITO




En el pasado 2.017 han sido del orden de 80 millones los 

turistas que han visitado España, siendo Francia el único 

país del mundo en superar esa cifra. Ese número de 

visitantes, que junto con los precios bajos precio 

del petróleo y del dinero han sido importantes motores de la 

marcha económica del país, está provocando en algunas 

zonas de España efectos no deseados para la población 

nativa. Mallorca, Ibiza y Canarias están sufriendo en sus 

carnes problemas derivados de ese masivo número de 

visitantes. El permitir que viviendas particulares entren en la 

oferta turística ha provocado un corrimiento de los precios de  

los alquileres al alza, de tal forma que los nativos se las ven 

y desean para alojarse a precios razonables. En Ibiza 

principalmente el tema ha alcanzado ya niveles 

preocupantes. En menor grado está ocurriendo en Mallorca, 

y en Canarias a la problemática de los precios de los 

alquileres, se suma el deficiente sistema de la red pública 

de transporte que hace que la población autóctona que se 

ha visto obligada a desplazarse a vivir lejos de los centros 

de trabajo buscando precios asequibles para su alojamiento, 

tenga que utilizar vehículos particulares  para acudir a ellos. 

Esa utilización masiva de coches está provocando un serio 

problema de circulación, problema que viene a sumarse al 

encarecimiento de la vivienda. Estos desequilibrios vienen a 

suponer un aldabonazo al crecimiento “per se” del número 

de turistas que nos visitan, toda vez que están produciendo 

importantes efectos negativos en las zonas citadas. De 

modo que no todo lo que reluce es oro.

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