jueves, 7 de agosto de 2014

CATALUÑA Y LA LEY DEL SILENCIO

 Más de 30 años ininterrumpidos en el poder por parte de un partido político dan para mucho, y el robo institucional acaecido en Cataluña da buena fe de ello. Durante ese largo período de tiempo se ha construido, bajo una ley del silencio, un tupido entramado que ha calado en todos los estamentos de la sociedad catalana ya que no ha habido un espacio, bien sea político, económico, mediático, eclesial, judicial, cultural, deportivo... donde la alargada sombra del poder no haya interesadamente llegado, creando así un espeso vasallaje y pesebreo, caldo de cultivo imprescindible para facilitar el vaciamiento doloso de las arcas de esa autonomía por parte de su principal figura. Ya decía Orwell, hablando por cierto de esa autonomía que “ los nacionalismos no solo no condenan las malas artes realizadas por su bando, sino que tienen una increíble capacidad para ni siquiera oír hablar de ellas”.En definitiva este lamentable suceso ocurrido en Cataluña no es una excepción. Es una regla. De modo que sus efectos se repetirán, en cualquier lugar y de esa manera o parecida, si las condiciones creadas son las mismas que las citadas. Al fin y al cabo este lamentable episodio no deja de ser una consecuencia de la condición humana.

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