miércoles, 10 de enero de 2018

LA EDAD LIBERA

La edad libera y solo al llegar a un cierto valor de la misma es cuando las personas pueden decir lo que piensan, ejercicio peligroso por imprudente, en otro rango de edades. En esa fase de opinión debe estar el que fue Nobel de Economía del 2.001, Joseph Stiglitz (74 años) cuando manifiesta cosas tan claras como estas :
- A ningún parado se le explica por que existe el fenómeno persistente del desempleo en el capitalismo. El desempleo es necesario como fenómeno recurrente debido a que con la misma naturalidad conque la economía capitalista pasa por fases expansivas, tiene que pasar también por fases depresivas que se originan en el desencadenamineto de crisis por sobre acumulación de capital.
- La producción humana no se hace para satisfacer las necesidades humanas, sino para obtener el máximo beneficio de algunos. Por tanto si no hay previsión de beneficio no hay producción y si no hay producción no habrá empleo y si no hay empleo no hay derecho efectivo al trabajo para todos.
- Ya no hay pobres, sino perdedores, no hay marginados sino fracasados, no hay explotados sino resentidos. De ahí se llega a la conclusión tan terrible como falsa; si estoy en paro es porque no he sabido adaptarme al mercado de trabajo, es porque no estoy lo suficientemente preparado desde el punto de vista académico. 
Esa es la ideología capitalista del éxito que solo está reservado a "los mejor adaptados".
- El proletariado sigue intensamente prisionero en las formas intelectuales y emocionales del capitalismo. Hoy en pleno siglo XXI, la clase dominante ha perfeccionado la estrategia y el marketing de dominación en el plano de las ideas y las emociones, rompiendo el espíritu colectivo que primó en la clase trabajadora explotada de la Europa imperialista durante buena parte del pasado siglo.
- A los gobiernos solo les compensa que aumente la producción material, el PIB. No miden adecuadamente los cambios que afectan al bienestar de las personas, ni permiten comparar correctamente el bienestar de diferentes países. No tienen en cuenta la degradación del medio ambiente ni la desaparición de los recursos naturales a la hora de cuantificar el crecimiento. Esto es particularmente cierto, no solo en Estados Unidos, (país sobre el que realiza Stiglitz sus comentarios),donde el PIB ha aumentado más, sino en general en todas las economías occidentales entre la que España es un ejemplo paradigmático. Pero en realidad, por mucho que los PIB sigan creciendo, gran número de personas no tienen la impresión de vivir mejor porque han sufrido una caída importante en sus ingresos y como quiera por otra parte que las crisis son inevitables en el sistema capitalista, si en cada crisis los trabajadores en general van
perdiendo capacidad adquisitiva que no recuperan en el
período entre- crisis, pues el futuro del mundo de los trabajadores cada
vez se presenta más negro.

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