En una zona de Elorrio (Bizkaia) hay una fundición
de hierro próxima a una comunidad de vecinos que se queja amargamente por los elementos contaminantes que la
misma lanza a la atmósfera. Malos olores, cenizas, gases irritantes y
por si fuera poco lo dicho, la planta produce fuertes vibraciones. Para
intentar acabar con esa situación, un grupo de vecinos ha creado una
plataforma que sirva para informar al resto de la ciudadanía y hacer
presión sobre la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, no
descartando la posibilidad de recurrir al Ararteko (Defensor del Pueblo en el País Vasco) si la situación no
tuviera visos de mejora.
La percepción que se tiene, no
solo en Elorrio sino en toda la zona hasta Durango (a 9km.) inclusive, es que las
10 fundiciones instaladas, son factores importantes en la
mala calidad del aire existente. Sin embargo pese a ser un clamor
popular tal idea, la Consejería citada no se da en ningún momento por
aludida haciendo oídos sordos de la cultura que acerca de esas fabricas tiene la ciudadanía de la zona que lleva conviviendo hace
ya un montón de años en ese ambiente.
Deberíamos estar ya acostumbrados a que
las preocupaciones de la Administración no coincidan con las de los
ciudadanos de a pié y por ser esta una cosa de difícil digestión, no acabamos de acostumbrarnos a
las decepciones que una y otra vez producen sus posturas en ocasiones
adobadas con actitudes que rayan en la prepotencia, como la que adoptó la
Consejera de Industria que interpelada por personas afectadas,
aprovechando su estancia en Elorrio, vino a decir de manera tajante que "
todas las empresas del municipio cumplen con las normativas
establecidas por el Gobierno Vasco en cuestiones medioambientales y de
contaminación y que de no ser así estarían cerradas". He aquí una
muestra clara de la disociación con la realidad a la que llegan la
mayoría de los políticos cuando acceden a sus cargos. Los vecinos ven,
siente y huelen. La Administración por el contrario se apoya en verdades oficiales, en sus papeles y es que como dijo un periodista "no dejes que la realidad te arruine un buen titular".
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