lunes, 21 de septiembre de 2020

ATHLETIC CLUB. ¿SOMOS O NO SOMOS ?


El declive de resultados deportivos del Athletic Club comenzó cuando se abrió la veda de contratación de jugadores extranjeros en España moda que iniciaron el Barcelona y el Madrid, los clubes más poderosos de España, al principio de la década de los 50 del pasado siglo, circunstancia que se amplió con la de jugadores "oriundos" ya que cualquier jugador sudamericano tenía por lo menos una abuela de origen español. Todavía la cosa fue a peor bajo ese punto de vista hace ahora 25 años cuando el fútbol europeo comenzó a regirse por por la mal llamada ley Bosman mediante la cual los jugadores de fútbol podían circular por Europa al igual que el resto de sus ciudadanos, libremente. Así un jugador francés, por poner un ejemplo, no podía considerarse extranjero en España a efectos de contrataciones deportivas. A partir de esa situación dejaron de existir barreras para contratar jugadores por todo el mundo.
Todavía la cuestión se puso más complicada para el Athletic ya que la irrupción de la venta por parte de los clubes de los derechos televisivos vino a ahondar las diferencias con los poderosos y a igualarlas con sus iguales. El Barcelona y el Madrid reciben por este concepto 166 y 155 millones de euros respectivamente en tanto que el Athletic ingresa 75.
Así las cosas, el escenario en el que el Athletic se movía hasta 1.950, fue variando de forma creciéntemente negativa hasta llegar a la situación actual, pasando de ser uno de los tres equipos punteros de España a uno que llegar al final del campeonato de Liga al séptimo puesto, le cuesta Dios y ayuda de forma que solo de vez en cuando lo consigue.
El mantenimiento de una filosofía acerca del lugar de nacimiento de los jugadores que componen su plantilla, filosofía que se ha transmitido desde su fundación en 1.898 de forma oral toda vez que nunca ha sido explicitada por escrito, ha dado lugar en que en algunas ocasiones - no muchas, la verdad, se haya retorcido su aplicación con interpretaciones un tanto dudosas, llegando a hacer trampas en el solitario.
Esa auto impuesta condición de limitar la zona de reclutamiento ha dado lugar a como decíamos anteriormente a un debilitamiento de los resultados deportivos y a una situación curiosa en la plantilla, sobre valorada claramente por esa ley inmutable del mercado  que también se da, como no, en el fútbol y que nos es otra que la de la oferta y demanda. Pero a esta circunstancia hay que añadir otra más y es que los pocos jugadores con nivel para jugar en equipos punteros son fichados por cifras astronómicas en este mundo del fútbol que se ha vuelto loco. Tenemos el ejemplo del que es actualmente guardameta del Chelsea londinense, club que batió un récord mundial (para porteros) al fichar a Kepa Aguirezabala por 80 millones de euros, que era el valor de la cláusula de retención del citado Kepa. Pero atención, estas altas cláusulas de retención conllevan que para llegar a ellas los jugadores exigen unas fichas que encarecen la nómina del Club de manera importante, de forma tal que actualmente el 60% del presupuesto anual se dedica a salarios de los jugadores.
Estamos pues ante una curiosa disyuntiva. ¿Queremos seguir siendo un referente mundial con nuestra filosofía - que insisto alguna vez habrá que escribirla - lo que nos lleva directamente a la obtención de mediocres, cuando no malos, resultados deportivos o la cambiamos, lo que tampoco garantizaría la mejora de los mismos ?.
Desde que el fútbol dejó de ser de bronce pasando al de semi profesionales para desembocar en esta situación que pienso que puede explotar, la masa crítica de los clubes hace que hoy en Europa sean, 3 en España, 4 en el Reino Unido, 2 en Francia, 3 en Italia, 3 en Alemania, 2 en Portugal y 1 en Holanda, total 18, los clubes punteros que cortan el bacalao en el continente. Y todos ellos están sustentados - jeques y rusos aparte - por sponsores importantes, derechos televisivos y la gran afluencia a los estadios derivada de las grandes ciudades y el hinterland donde se asientan, tales como Barcelona, Madrid, Londres, Manchester, Liverpool, Paris, Marsella, Milan, Turin, Roma, Berlín, Frankfurt, Stuttgart, Lisboa, Oporto y Amsterdam. De modo que fuera de esos escenarios, no hay más que frío.
De modo que tal como yo lo veo, ahora somos algo el mundo futbolístico por nuestra singularidad, pero un cambio radical de la misma no garantizaría en absoluto llegar a una situación de excelencia ya que nos faltaría masa crítica para lograrla. Por tanto entiendo que lo que tendríamos que hacer es olvidar el miedo a perder la condición de ser uno de los tres clubes de España que nunca ha descendido a 2ª División endureciendo la política de fichas de los jugadores, para lo cual habría que afinar el determinar la posible evolución de los mismos no dejándonos deslumbrar por aquellos que no pasan de ser eso. Meteoritos fugaces con salarios de estrellas de primera magnitud y para ello serían necesarios, Directivas, Director deportivo y entrenadores de primer nivel. ¿Los tenemos ahora?. That is the question, por seguir en el idioma en el que de momento se hace entender Kepa en el Chelsea.

 

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