Don
Florentino Pérez, Presidente vitalicio, a base de avalazos, del Madrileñin Club de Forasteros, como lo llamaba La Codorniz, es al fútbol como el
rey Sol Luis XIV era al Estado cuando decía que era suyo. Se ha
proclamado al intentar poner en marcha ese nonato proyecto de la liga de
los elegidos por los dioses como "salvador del fútbol" cuando como
empresario de raza que es no pretendía otra cosa de seguir exprimiendo
el jugo de lo que queda a este deporte para obtener un mayor rendimiento
económico del mismo.
En este tinglado del fútbol se está
llegando a base de derrochar dinero sin cuento, en el que nadie tiende a
disminuir costes para mejorar los resultados económicos y todo lo fían a
obtener más ingresos, a la situación de ir cabalgando un tigre, que si
peligroso es, lo es mucho más el bajarse de él.
Fracasado el
proyecto porque se ha puesto en valor la poca cordura que le queda al
mundillo del fútbol, tanto Pérez como el presidente de la Juve, Agnelli,
como tiburones blancos que son, algo sacarán de la UEFA- que recién se
estará recuperando del sofocón - porque son personajes que no tiran
piedra que no rompa cristal.
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