jueves, 23 de mayo de 2013


EL SÍNDROME DE LA MONCLOA

Se ha fantaseado  mucho acerca del síndrome de la Moncloa pero a medida que  van sucediéndose los Presidentes del país como inquilinos de la misma, la hipótesis de su influencia se va abriendo paso, es decir los hechos están confirmando  la absoluta disfunción existente entre los acontecimientos  que se producen en la vida real y la percepción sesgada que de los mismos tienen y manifiestan todos y cada uno de  los titulares del complejo presidencial que han sido. Clamorosas contradicciones entre los contenidos de  los programas electorales y la aplicación de los mismos, pseudo justificaciones a tales discrepancias que no son de recibo, interpretaciones fantasiosas e interesadas de los datos de la evolución económica y social, negación a ultranza de las verdades más evidentes, análisis de la situación excluyendo de los mismos aquellos datos que por muy relevantes que sean no interesa citarlos, flagrantes contradicciones en las manifestaciones que de un día para otro realizan, incumplimientos continuos de sus previsiones incluso las de plazo más corto, amnesia total acerca de los grandes temas pendientes en el país, como la corrupción, los energéticos, el agua,  educación,.. delirantes lecturas sobre la probidad de la clase política, afán desmedido por acabar con el último plan de educación elaborado, silencio absoluto sobre los  temas desagradables y como factor común, con unos caretos impávidos cuando no obsequiándonos con unas sonrisas displicentes que están lejos de encajar con el guión que nos están colocando.
 Parece claro  que cuanto se indica puede tener su origen en el llamado síndrome, es decir en el continente, pero, también podría suceder que el problema radicase no tanto en el continente, sino en el contenido, duda esta que no conviene desechar por si acaso, aunque no sea más que por seguir el tratamiento  de las dudas razonables.

R.Hidalgo Segurola

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