miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA REFORMA FISCAL

Se habrán quedado anchos con el resultado de la reforma fiscal efectuada, es decir con la subida de impuestos, eufemismos aparte. Si se establece un paralelismo entre una empresa privada y la del país, la de Euskadi S.A. los ejecutivos de esta no hubieran llegado al primer asalto en sus carreras hacia el éxito. Ya en el manual de ingreso en Económicas se postula que para optimizar los resultados empresariales - porque de eso se trata - , es tan necesario aumentar los ingresos (para los políticos los impuestos) como minimizar los gastos (en este caso, cero acciones previstas). Y esa inacción no es producto de las dificultades que entraña la definición de los cazaderos de los mismos sino de la nula voluntad política de coger al toro por los cuernos y meterle un tajo, a la duplicidad de gestiones en las instituciones, al crecimiento imparable del número de funcionarios, al pesebrismo que acompaña a tantas incontroladas sociedades participadas innecesarias, al derroche en tanta infraestructura ciclopea, al mantenimiento de situaciones fiscales de privilegio, al lujo asiático que supone tanto consejero nombrado en función de no se sabe que méritos y necesidades y un largo etc. Pero ese plan de mejora global de la cuenta de resultados, inaceptable en un sistema empresarial de libro, los autores lo venden como quien acaba de descubrir el océano Pacifico. Fíjense . Urkullu dice, " Euskadi remontará la crisis con este acuerdo". Ortuzar manifiesta, "gran día para el pueblo vasco". Patxi López proclama, "fruto de la convicción profunda y no de la necesidad". Así que han optado por el camino fácil. Sangremos a los contribuyentes sin pérdida alguna de nuestros intereses partidistas, faltaba más. Por mi que vuelvan en setiembre del 2014, porque quedan todos ellos suspendidos con un cero patatero, por autocomplacientes , cortos de entendederas empresariales y defensa numantina de sus intereses partidistas espúreos.


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