miércoles, 11 de septiembre de 2013

SIRIA

Si la felicidad estriba en tener una buena salud y un mejor olvido, el flamante premio Nobel de la Paz y a la vez presidente de EEUU- lo que no deja de ser un oxímoron - , debe ser un hombre con un grado de felicidad que no es de este mundo como consecuencia de su aparente buen estado físico y sobre todo por los síntomas de  una amnesia que deja en mantillas a la de los políticos españoles.
Dispuesto a irrumpir a bombazos en Siria por la utilización presunta en ese país por parte del gobierno del mismo de armas químicas, del gas Sarin concrétamente, cuando su país utilizó profusamente en la guerra de Vietnam, herbicidas, defoliantes, bombas napalm....Empleó  para bombardear Hirosima y Nagasaki bombas atómicas y  se inventó una guerra en Irak en la que utilizó proyectiles de uranio empobrecido, bombas de racimo.. entre otras bienintencionadas acciones. Hay que tener además de una amnesia preocupante, un cinismo fuera de lo común para erigirse en el paladín y guardián de la ortodoxia occidental, como si por otra parte eso fuera algo.

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