jueves, 7 de septiembre de 2017

COMO LOS HNOS. MARX...¡ MÁS MADERA ! (2)

La industria de producción de energía eléctrica partiendo de la energía nuclear de fisión, se puso en marcha, como tantas otras cosas, en Estados Unidos, bajo el mandato de su Presidente Einsenhower con el título de "Átomos por la paz" y que tenia como sutil telón de fondo una especie de expiación por la salvajada que ellos cometieron en Hiroshima y Nagasaki, pero que en el fondo escondía la puesta en marcha de un negocio para la industria nuclear norteamericana, ya que los 450 reactores instalados, con la excepción de los franceses y rusos que utilizan tecnología propia, a 5.000 millones de dolares USA por cada MW instalado, ha supuesto una cifra de negocio importantísima para las divisiones nucleares de GE Co. y Westinghouse. Pero a lo que íbamos.
Para enmarcar el tema de la energía en Japón hay que recordar que es el cuarto consumidor de energía a nivel mundial y que prácticamente debe importar la casi totalidad de los recursos energéticos. Esta circunstancia ha creado en las autoridades japonesas una especie de síndrome que algunas opiniones definen como de "angustia energética". 
Dependiente como es de fuentes externas, Japón revisa sus planes estratégicos energéticos cada 3 o 4 años. El III P.E. se puso en marcha el 18.3.2010, bajo el Gobierno del Partido Democrático de Japón. Ocurre el suceso de Fukushima el 11.3.2011 y las elecciones generales del país celebradas en el 2.012 dan como resultado que se hace con el poder el Partido Liberal Democrático, decidido defensor de lo nuclear. Por tanto, vuelta del burro a la era, si bien la sombra alargada de la tragedia de Fukushima pone freno a volver a poner en marcha, sin más, los 43 reactores que estaban funcionando en Japón antes del desastre. Un órgano, el NRA, similar a nuestro Consejo de Seguridad Nuclear, CSN, pero a la japonesa, (pequeño detalle) queda encargado de endurecer de manera severa las condiciones de seguridad de aquellas centrales que soliciten volver a ponerse en marcha. Algunas de ellas se han vuelto a poner en funcionamiento pese a la fuerte oposición de la opinión pública, pero el que manda, manda.
Japón se debate pues, como todos lo países grandes consumidores de energía con instalaciones nucleares en su seno, con un triple dilema : La seguridad de sus centros de producción de energía (léase la de las plantas nucleares), la competitividad resultante de su mix energético y la sostenibilidad ambiental, en la que el Acuerdo de París de 2.016 juega un papel importante. Acuerdo al que por otra parte no se suscribieron los EEUU (el mayor contaminador del planeta) de ese personaje que es Trump y otros dos países que a lo mejor no se han enterado de que va la cosa. Son Síria, ocupada en otras cosas y la caribeña Nicaragua.
En busca de ese dificil equilibrio Japón ha barajado tres mix, cuales son : 

OPCIÓN            1           2            3

Nuclear              0%       15%     20 -25%
Comb. fósiles   65%       55%       50%
Renovables      35%       30%     25 -30%

En cada revisión de sus Planes Estratégicos deberán elegir una de las opciones, que en realidad acabará siendo la 3, por lo cual casi se puede parodiar al aventajado alumno de geografía que manifestaba que los 4 puntos cardinales eran 3, a saber, norte y sur.

(Seguirá para rematar el asunto)





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