miércoles, 11 de abril de 2018

ESPAÑA CAÑÍ (PASODOBLE)

La baja calidad democrática de la ciudadanía española, derivada por un parte de su incultura política, potenciada con los 40 años de la dictadura del General Franco y los otros 43 que la han sucedido en esta especie de pseudo democracia en la que estamos instalados, están dando como resultado este cúmulo de decepcionantes acontecimientos que nos está tocando vivir durante un buen número de años. Veamos. Corrupción a escala solo comparable con la que se produce en algunas repúblicas bananeras sin que a los ciudadanos se nos altere, ni el pulso ni el sentido de los votos; la insufrible actitud de nuestros políticos que han hecho de la técnica de perdurar en sus poltronas todo un arte; la desvergüenza e impunidad con lo que meten la mano en la caja; la prevaricación y el nepotismo; la utilización partidista que hacen de la Justicia, el sistema "post morten" política con el que las empresas de sectores punteros premian sus silencios y servicios prestados, a través de las puertas giratorias que desembocan en jugosos puestos como floreros de sus consejos de administración que de esta forma animan a los futuros ocupantes a que les sigan favoreciendo, léase, los sectores de banca (70.000 millones de € que pagaremos entre todos como consecuencia del rescate del sistema bancario que para más inri oficialmente nunca tuvo lugar), energéticas (que hacen de la tarifas todo una máquina 4.0 de sacarnos los cuartos) constructoras (a las que rescatamos de negocios ruinosos que emprendieron, tales como las autopistas famosas, el pozo Castor y concesión de revisiones de contratos en formas de sobre costes que son auténticos filones), comunicaciones, farmacéuticas (con una panoplia de productos que no tiene parangón en la Europa civilizada), la Universidad Pública al servicio inconfesable de los partidos en el poder, utilización de la misma, del que la punta visible del iceberg empieza ahora a mostrarse con el suceso del "mastergate"de Cifuentes y otros; la especie de maldición que ha caído sobre la Comunidad de Madrid que ha sufrido una especie de plaga, al igual que las 7 de Egipto, con personajes como Aguirre, González, Gallardón, Cifuentes, al frente de la misma; el tratamiento dado a la resaca de la última crisis económica que el PP la ha utilizado para en línea con su idelogía liberal, recortar servicios sociales, desmantelar todo lo que ha podido del sector público, dar pista libre en forma de legislación laboral a que las empresas usen y abusen en los términos de los contratos de trabajo; hacer de la mentira una herramienta de uso tan común como la de un alicate en los hogares; la baja, bajísima calidad intelectual en general de los dirigentes políticos, (Suarez, González, Aznar, Rodríguez Zapatero, el ínclito Rajoy) solo comparable en valores absolutos y de sentido opuesto a su desvergüenza al parecer congénita... Pues todo eso y más, pero a lo que no alcanzo a vislumbrar en este momento como consecuencia probable de que la ira me acorta la visión, es lo que me lleva a pensar que no tanto el país sino sus habitantes, somos - que diría un castizo - una mierda y para que no quede duda alguna sobre la expresión, lo diré también en otras lenguas. Merde, shit, kaka, merda.

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