sábado, 28 de abril de 2018

500º ANIVERSARIO DE LA EXPEDICIÓN DE MAGALLANES (2)

En la anterior entrega quedó dicho que la expedición Magallanes hacia la tierra de las especias, las islas Molucas en el Oceáno Pacífico, tenia como finalidad el aspecto puramente comercial. Zarparon de Sanlúcar de Barrameda a finales de setiembre del 1.519 con 234 tripulantes a bordo de 5 naos. Ese número de tripulantes fue definido por la Casa de Contratación de Sevilla bajo cuyo control estaba la partida. Recalaron en Santa Cruz de Tenerife 6 días después de su partida para hacer la aguada y cargar provisiones y aprovechando el estar fuera del férreo control sevillano, hacen una leva elevando el número de tripulantes hasta los 265. Estando en ese puerto recibe Magallanes la noticia de que los portugueses, habiendo llegado al conocimiento de que la pequeña escuadra tenía la intención de llegar a las Molucas, habían armado una expedición con la idea de interceptarlos. Prudentemente Magallanes se guarda la información para evitar infiltraciones y pone rumbo rápidamente a Granadilla  de Abona, localidad situada al sur de la isla, explicando a sus capitanes que el agua de esa zona era de mejor calidad que la de Santa Cruz. Se pertrechan los barcos rápidamente y toman rumbo sur a lo largo de la costa africana. Aquí hay que hacer un inciso. Estamos narrando hechos acaecidos en 1.519 y para entonces Colón había efectuado cuatro viajes a América y siempre con las mismas rutas que no eran otras que haciendo escala en Canarias, poner rumbo al Caribe siguiendo la trayectoria de los vientos alisios (NE), vientos que soplando en determinadas épocas del año llevaban los barcos en volandas hasta el Caribe. 
Lo lógico era pues seguir la experiencia de Colón, llegar a las costas sudamericanas y costeando la cara este de ese continente ir buscando el paso hacia el océano Pacifico. Sin embargo entre el carácter hermético de Magallanes y la poca confianza que tenía en los capitanes de las otro cuatro naos ni explicó ni mucho menos consensuó su decisión lo que provocó un gran malestar entre los susodichos mandos.
Magallanes, para minimizar el riesgo de ser atacado por la flota portuguesa tomó esa decisión aparentemente ilógica puesto que nada se sabía de los vientos, corrientes y estados de la mar con los que se iba a encontrar en esa ruta a lo largo de la costa africana y pensaba en contrapartida que los portugueses dedicarían sus esfuerzos a buscarlos por las rutas que empleó Colón. 

(Continuará)

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