Habíamos dejado a la expedición de Magallanes fondeada en Rio de Janeiro donde permanecieron dos meses. Se dirigen rumbo sur hacia el estuario del Rio de la Plata donde 3 años antes SOLÍS, que también buscaba el paso al Pacífico, fue muerto y devorado por los caníbales charruas. Llegados el 10 de enero, Magallanes encomienda a Serrano, capitán de la San Antonio que efectúe una descubierta aguas arriba, para determinar si ese era el paso para el Pacífico. Volvió tras llegar a la conclusión de que era un río, que se iba estrechando y cada vez de aguas más dulces, por lo que no cabía la posibilidad de que se tratara del ansiado paso.
Magallanes, aunque para despachar con Serrano a su vuelta no había invitado a los capitanes, estos, Cartagena incluido, se auto invitaron. El portugués despachó con cajas destempladas de la reunión a Cartagena, lo que provocó la ira de este y un notable deterioro en la mala relación que ambos venían sosteniendo.
Abandonan el estuario y se encuentran con temporales de inusitada violencia hasta el punto de que Magallanes decide hacer una larga recalada en una ensenada situada en los 49º S donde esperan la mejoría del tiempo durante 5 largos meses en pleno invierno austral. Un periodo tan largo de inactividad en las condiciones climáticas tan adversas, con las provisiones escaseando, dan para calentar las mentes sobremanera y así el 1 de abril se produce un conato de motín que provoca la reacción de Magallanes en forma de una serie de condenas, algunas de ellas a muerte, como la del capitán de la Concepción, Quesada, en tanto que al de la nao Victoria, le habían dado muerte durante el motín, siendo su cadáver colgado de una verga a modo de "aviso para navegantes".
Sofocado el motín sigue progresando la expedición hacia el sur siempre buscando el ansiado paso al Pacífico y llega al estuario del río Santa Cruz ( 50º latitud sur) que por sus dimensiones ofrecía un aspecto esperanzador. La nao Santiago que había sido designada para explorar el río aguas arriba, encalla y se da por perdida, con lo cual solo quedan ya cuatro naves. Por otra parte, como quiera que el tiempo vuelve a recrudecerse, las naves permanecen fondeadas, una vez más, dos meses, a la espera de una mejoría de las condiciones atmosféricas.
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