sábado, 1 de septiembre de 2018

LOS ENVASES DE PLÁSTICO

Nuestros dirigentes políticos, preocupados por los efectos que en la salud de nuestro planeta están causando la proliferación de las bolsas de plástico y en general los envases del mismo material, han puesto en marcha una iniciativa que consiste en que los establecimientos públicos que expenden sus productos en recipientes de ese material, pasen a cobrar los mismos, cosa que por otra parte ya venían haciendo buena parte de los supermercados de grandes superficies. Los pequeños comercios que expenden sus productos en infames bolsas sin publicidad de los mismos han visto el cielo abierto ya que por una bolsa de chichinabo cobran 5 céntimos de euro por algo que no costará mas allá de medio céntimo, con lo cual han encontrado un aliado en la Administración para redondear sus ingresos. Una vez más se han quedado cortos, quizá presionados por los lobbys de ese tipo de productos. Lo que tenían que hacer, si realmente el problema les preocupa, es prohibir la utilización, a fecha fija y de manera paulatina, de ese tipo de envases y volver al papel de estraza, al papel de nuestros abuelos, que tampoco es que sea una panacea, pero menos lesivo que los susodichos polis, etileno-estireno -propipeleno y cloruros. Lo dicho es igualmente válido para las botellas de agua mineral, envases que debería volver a ser de vidrio retornable como antiguamente. La utilización de los productos citados para confeccionar los envases sólidos y líquidos pone de manifiesto que el desarrollo mal entendido produce ese tipo de graves disfunciones. 

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