La
actuación del PSOE, de la mano de su Secretario General, acerca del tema
de su investidura como Jefe del Gobierno, no es fácil de entender.
Tienen 123 escaños y le hacen falta 53 mas para alcanzar la mayoría en
el Parlamento. En la vida corriente, esa de la que los políticos en
muchas ocasiones viven ajenos a ella, cuando alguien quiere una cosa que
está en poder de otras personas y la desea, negocia sobre su posesión,
bien entendido que lo que consiga finalmente ha de ser a cambio de
algo. A esa forma de hacer, los cubanos con esa gracia y sabiduría que
les caracteriza la denominan "chenche por chenche", que no es otra cosa
que la derivada caribeña del inglés "change for change". Y en ese toma y
daca, y esto es tan viejo como el mundo, las partes negociadoras han de
dejar necesariamente pelos en la gatera. Pues bien, todo parece indicar
visto desde fuera, que el PSOE no se ha enterado de esa forma de
entender una negociación, ya que en los tres meses, tres, transcurridos
desde el pasado 28 de abril, la única negociación que ha realizado ha
sido con el PRC de Revilla del que ha obtenido un voto favorable, uno.
No ha movido un dedo en ese dilatado periodo de tiempo, ni un dedo para
hacerse con los 52 escaños que le faltan para hacerse con la mayoría
parlamentaria y es ahora al borde del precipicio que se asoma a unas
nuevas elecciones cuando manifiesta (sic) "que tienen que mover ficha".
Item más, por si lo antedicho fuera poco. Está mendigando, apelando a no
se que cosas sobre la Patria, la abstención de sus adversarios
recalcitrantes, PP y C's, que al igual que el árabe "están sentados a la
puerta de su casa esperando que pase el cadáver de su enemigo".
¿Patético?. Pues me parece una expresión una tanto moderada viendo el
desarrollo de los acontecimientos.
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