lunes, 7 de octubre de 2019

GRATIS ET AMORE

Se cumple este año el centenario de la implantación de la jornada laboral de 8 horas diarias y desde entonces como decían los hermanos Marx, "de victoria en victoria hasta la derrota final". Vean sino como está actualmente el patio.                                                                            La continua mejora de la productividad, la fluctuación de la demanda, la modificación de la Legislación Laboral iniciada por Rodriguez Zapatero, "mejorada" por Rajoy e intocada por el inane Sánchez, ha hecho que los patrones que han querido abusar de la misma lo hayan podido hacer a calzón quitado. La sensación de que el puesto de trabajo se ha convertido en algo absolutamente inestable e inapreciable, se ha impuesto entre la clase trabajadora por un lado y por los empleadores por otro. Los primeros están tragando carros y carretas con tal de no perder su puesto de trabajo y los segundos haciendo su agosto con las facilidades que encuentran en la citada Legislación. Un buen ejemplo de ello es la cuestión de las horas extraordinarias que se realizan sin remuneración alguna, es decir "gratis et amore". Acerca de esta cuestión el Gobierno conocedor del abuso que se estaba cometiendo con la realización de las horas extraordinarias "voluntarias" determinó (legislar es relativamente fácil, otra cosa será hacer cumplir sus disposiciones) que las empresas implantaran marcadores de entrada y salida de los trabajadores en las mismas y a tal efecto el presidente de la patronal española manifestó que "no entiende la obligatoriedad de implantar en las empresas el registro horario de la jornada laboral y argumenta que cuando estamos hablando de flexibilidad, conciliación de la vida familiar, globalización y digitalización, así como de nuevos empleos, aplicar criterios del siglo XIX sinceramente no lo entendemos muy bien desde la patronal, lo que no significa que no haya que evitar abusos".¿Qué tendrá que ver toda esa retahíla de cuestiones con marcar la hora de entrada y salida de los puestos de trabajo en un intento de  acabar con fraudes y abusos como el que se está cometiendo en el sector bancario - el más buitre de todos -  en el que un control efectuado en el 2.017 dio como resultado que se produjeran 17 millones de horas extras sin remuneración alguna?. A la precariedad, forma de empleo a la que me temo que habrá que ir acostumbrándose por aquello del desequilibrio que se ha producido entre la oferta y demanda de los empleos, los patrones de los que una buena parte de ellos siguen estando en el siglo XIX, han sumado como elementos innovadores, por aquello del I+D+ i, los bajos salarios y el extender como decíamos las horas de presencia en el trabajo sin compensarlas económicamente, con lo cual producen un doble fraude (al trabajador y a la Hacienda Pública) cuyo valor no es moco de pavo ya que esas horas no abonadas por la banca en el 2.017 indicado, equivalen al trabajo de 10.000 personas a jornada completa. Con esa maniobra la banca que disfraza esa forma de hacer con el eufemismo de que "eso es una forma de hacer empresa por parte de los trabajadores", se ahorró ese año en costes salariales la nada despreciable cifra de 300 millones de euros, más otros 100 de cotizaciones, a la voz de que "todo es bueno para el convento, que decía un fraile llevando una monja al hombro".


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