Desde
el 15 de agosto, el que se venían produciendo 463 casos de infectados
por semana, hemos pasado a 570 nueve días después. El último episodio
sonado se produce en Gernika en la celebración de las "no fiestas",
término de difícil digestión y cuyo resultado hasta el momento ha sido
la detección de 88 casos de contagio entre los 800 análisis efectuados,
lo que representa casi un 10%, situación peligrosa donde las haya.
En
el País Vasco tenemos declarada como competencia de las Autonomías, una
situación de "emergencia sanitaria" como instrumento legal para hacer
frente a la cada vez más peligrosa situación sanitaria. A este respecto
hay que aclarar que las competencias legales de esa figura dan para poco
como se demuestra por el hecho de que el Gobierno Vasco no puede
implantar la prohibición de que se efectúen reuniones de más de 10
personas y ni tan siquiera limitar el cierre de los locales de
restauración a la 1,30 horas de la madrugada. Intentó esto último y el
Tribunal Superior de Justicia del País Vasco,TSJPV, anuló el Decreto por
no ajustarse a derecho. Ante la escasa cobertura legal de esa figura,
el Gobierno Central ofrece que bajo demanda puede implantar en la
autonomía que lo solicite el estado de alerta dotado de mayor cobertura
legal que el de emergencia.
La
respuesta de nuestro gobierno autonómico, como corresponde a un gobierno
de ideolagía nacionalista, es decir que nos bastamos y sobramos para
hacer frente al problema, que los de Madrid se metan en sus cosas, ya
que disponemos de suficientes fórmulas jurídicas para hacer frente con
total garantía al problema que nos ocupa. Pues si para muestra vale un
botón, con dos ni les cuento ya que dos medidas como las del número
máximo de personas a reunirse no ha pasado de ser una recomendación como
declaración implícita de que no había soporte legal suficiente y el
varapalo del TSJPV sobre la hora de cierre de los establecimientos
hosteleros se comenta por sí solo.
Pese
a esas evidencias citadas, nuestro Gobierno autonómico hace oídos
sordos al ofrecimiento del Gobierno central y ante esta atípica
situación, por lo poco explícita de la misma, cabe preguntarse si los
alemanes confiaron en su arma secreta de las V2 para acabar con
Inglaterra ¿tendrá nuestro lehendakari un arma secreta para vencer la
expansión del virus arma cuya naturaleza silencia, quizá por aquello de
su natural modestia?.
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