Eramos
pocos y parió la abuela. Hace 2 semanas, después de argumentar de
manera prolija y pomposa la anulación de un decreto del Gobierno Vasco
acerca de la hora de cierre de pubs y discotecas, el Tribunal Superior
del País Vasco, cambia de rumbo 180º su postura y sin que la Ley haya
cambiado un ápice, a la voz de "hale hop, más difícil todavía" como en
el circo, deja las cosas como estaban. Si hay quien opina que este tema
de la pandemia que nos ocupa es demasiado seria para dejarla en manos de
los políticos, supongo que tras este suceso se habrán echado las manos a
la cabeza pensando que ya solo faltaba para redondear la fiesta que la
Justicia metiera la cuchara en la gestión de este grave problema que nos
aqueja.
Como moraleja de este
chirene suceso cabe hacer referencia a la flexible interpretación que
hacen muchos jueces de la Ley, que si bien es claro que no es una
ciencia exacta, tampoco tiene que ser la casa de la Gorriona. Si estos
jueces estrella, con todo el aspecto de ser un verso suelto, ajustaran
sus meninges simplemente para efectuar una interpretación de los textos
menos personalista, pienso que nos daríamos con un ladrillo refractario
en los dientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario