Es
posible que esté equivocado pero creo recordar que fue el inglés (nadie
es perfecto) Shakespeare, para los amigos "sespir" - que vivió a
caballo entre los siglos XVI y XVII quién con un increíble sentido de la
anticipación dijo aquella frase tan poco conocida por otra parte, de que
" la Calviño y Sánchez, la misma mierda son". Bueno, realmente no dijo
mierda, que los ingleses son muy suyos, sino "shit".
Insisto en la increíble visión de este hombre (ríanse de Nostradamus)
para anticiparse 4 siglos a las andanzas de los politicastros españoles
que estamos padeciendo con resignación, cristiana iba a decir, pero que
leches, resignación mucho más auténtica es la de aquellos que tienen que
escuchar al líder de la oposición sin tirarle un ladrillo refractario a
la cabeza por su idea de que "toda persona en España que tiene un
trabajo puede alquilar un piso", en una clamorosa demostración del
coeficiente intelectual que se gasta el pollo.
Pero a lo que iba, que me he distraído. La más que presumible espantada
de Sánchez acerca de la derogación de la reforma laboral que realizó
Rajoy aprovechando su mayoría absoluta, por expreso mandato de la
Patronal, no hace sino poner de manifiesto la idea del premio
Nobel de Literatura, el portugués Saramago cuando dijo (sic) que "el
poder del voto no puede cambiar absolutamente nada en el poder real, que
es el poder económico y financiero. Solo sirve (el votar) para
entretenerse".
Lo que pasa es que los humanos somos los únicos seres del planeta en el
que vivimos que tropezamos una y otra vez con la misma piedra, esta vez a
la hora de votar, a la que acudimos de manera regular no reparando en
que es la misma piedra con la que siempre tropezamos. En fin, debe ser
consecuencia de la condición humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario