LOS TIEMPOS CAMBIAN...

 ...que es una barbaridad, decía Don Hilarión uno de los protagonistas de la zarzuela "La verbena de la Paloma" y esto es así desde que el mundo es mundo y como prueba de ello tenemos multitud de ejemplos y por aquello de la brevedad los vamos a resumir a tres de ellos porque me parecen sólidos.

Uno de ellos lo tenemos en el episodio bíblico protagonizado por Sansón-  juez israelita -, y los filisteos a los que mataba con una quijada de burro y a los que aplastó en un templo del que derribó las columnas dada su fuerza descomunal inmolándose a lo grande. Esos medios rudimentarios de matar a los enemigos de Israel, que por aquel entonces ya los tenía poderosos, no se pueden comparar con los sofisticados medios que ahora utiliza ese pueblo elegido por Dios - según ellos - para acabar exitosamente con los palestinos. Y es que lo que decía en el encabezamiento, los tiempos cambian... 

Otro ejemplo más cercano lo tenemos en los dirigentes políticos madrileños, en las personas de la Presidenta de la Comunidad, esa que manifiesta sentenciosamente acerca de ella, que "es España y España es Madrid" y el inefable y gigante alcalde de la capital de la misma que se ha convertido, a base de paridas, en la del mundo quitándonos a los bilbainos ese título. Y ese un buen ejemplo de la forma en la que el tiempo cambia el mundo ya que ni en sus mejores sueños las madrileñas y los madrileños pudieron imaginar la simultaneidad de sus mandatos y la personalidad chispeante de esos dos irrepetibles seres de los que - para tranquilidad de generaciones venideras - rompieron el molde con los que fueron creados. Del popular deseo británico "God save the Queen" ahora no sería malo transformarlo en un "Dios salve a la ciudadanía del centro de gravedad (eso) de esa España que espero no se rompa". 

Y que decir de otro ejemplo paradigmático de esa variabilidad de la cosas terrenas de la que no se libra esa otra raza que Dios puso en la Tierra. Me refiero a la germánica, porque fíjense Uds.  Siemens Gamesa, empresa procedente de la fusión - que resultó finalmente más bien una absorción - entre el gigante industrial alemán y la exitosa y modesta empresa española hasta que matrimoneó con su actual pareja, ha cambiado por mor del título de este comentario 4 veces - cuatro - de Consejero Delegado (¡ los alemanes !, Señor donde vamos a parar) en los siete años de vida que tiene esa criatura recién nacida a efectos empresariales.  Bastaría ese ejemplo para demostrar que la cosas, como decía Don Hilarión, cambian a una velocidad que más que sorprender, asustan. 

Salud, sufridos lectores.