PAÍS DE PÍCAROS
450.000 políticos en España para 47 millones de
habitantes.150.000 en Alemania para 82 millones. Esa desproporción (5,2
veces más) no es fruto de la casualidad. Lo es de la picaresca de la
clase política que se ha buscado un lugar al sol creando un montón de
situaciones en las que colocarse,si bien, todo hay que decirlo, la clase
política no es una excepción dentro de ese ambiente de picaresca en el
que nos movemos en España. Porque en el fondo somos un país de pícaros,
pero esta picaresca cuando se potencia con un abuso de poder por parte
de quien la practica, alcanza el nivel de lo nauseabundo y como quiera
que el poder lo ostentan los políticos son ellos los que con sus
actuaciones producen esa sensación, como el de esa lista Sra. que
obtiene ingresos a través de cuatro fuentes distintas, pero cuya listura
no le evita cometer errores en su declaración de la renta y patrimonio.
O la de los ministros y diputados, padres de la patria ellos (Señor,
Señor, pero si uno no puede fiarse de los padres de la patria ¿que nos
queda?), que cobran dietas del Congreso por vivir fuera de Madrid cuando
viven más en ella que la Cibeles o la de políticos retirados y
familiares de los mismos que acaban de consejeros, como premio a los
servicios anteriormente prestadados, en las playas de grandes
empresas,en un retiro entre los que cabe destacar últimamente el del Sr.
que rebotado de Bankia, entre otra cosas por inepto, alcanza el nirvana
inmediatamente después de su cese, con un sillón en la empresa de
telefonitos más grande del país. Si todas estas cosas, entre otras
muchas, no bastaran para crear una imagen absolutamente negativa de
algunos políticos, siempre pueden recurrir para llenar las alforjas de
su indignación a las contínuas mentiras del Presidente, al que haciendo
la justicia que se merece, había que echarle de comer aparte.
R.Hidalgo Segurola
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