martes, 19 de noviembre de 2013

LOS PARALELISMOS

Las empresas guardan un paralelismo  con las personas en el sentido de que igualmente nacen, se desarrollan, alcanzan su plenitud y van decayendo hasta su muerte. Babcock and Wilcox, la Balco, como decían castizamente los de la margen izquierda, nació en el año 1.918 en el mismo año en el acabó la primera guerra mundial. Alcanzó su plenitud entre los años 50 y 70, año este último en el que finalizó la era del petroleo barato que dio origen a una gran crisis que produjo la desaparición de  gran cantidad de empresas que no supieron o no pudieron adaptarse a las cambiantes circunstancias del mercado. A partir de esa última fecha comenzó el declive imparable de Babcock, declive  que finalizó con su muerte como empresa hace ahora dos años. Para aliviar, para ayudar a un buen morir, que no para curar la enfermedad terminal de esa empresa, el estado insufló mil millones de euros, con el resultado final conocido. No es el primer caso que ocurre de aportación de caudales públicos cuantiosos en esa fase del proceso de  grandes empresas en un intento de huida hacia adelante con similares resultados, no entendiendo que es mejor dejar que se hundan antes que derrochar dinero sin sentido.
Este largo preámbulo, por lo que me disculpo, no tiene otra intención que intentar ilustrar lo que podía haber ocurrido  en el seno de la "Mondragón Corporación Cooperativa " en el caso de haber accedido a la petición de ayuda financiera de una  empresa grande de su grupo, por mor de una solidaridad mal entendida.

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