martes, 20 de mayo de 2014

SINGAPUR

Es un pequeño país asiático, singular por muchos aspectos. Colonia británica hasta 1.965, tiene una población de 5 millones de habitantes, de los cuales el 75% es de origen chino y el resto de distintas etnias. Por esa razón el país tiene cuatro lenguas oficiales.Ocupa el primer puesto mundial de puertos en tráfico de contenedores y volumen de carga, es el cuarto mercado de divisas del mundo y miles de extranjeros trabajan en empresas multinacionales. Dispone de una renta per capita de 44.500 euros anuales, (más del doble de la española), amén de unos modélicos sistemas de educación y sanidad. 
 Con ser todas esas características más que reseñables hay otra que sin duda propicia el éxito de este pequeño y a la vez por sus logros, gran país. Me refiero a que una condición obligatoria para acceder al puesto de primer mandatario y ministros, es que los aspirantes hayan ejercido funciones de directores generales de empresas privadas de una cierta entidad y durante un razonable período de tiempo. Más todavía. Singapur ocupa el tercer puesto del mundo empatado con el primero que es Dinamarca, en la percepción de corrupción, en tanto que España ocupa el puesto 30. Por ambas razones, así nos luce el pelo. Aquí cualquier analfabeto funcional en gestión que haya adquirido méritos políticos por el procedimiento de tiralevitas, que es el más empleado, puede acceder no solo a ministro, sino también a presidente de la nación. En cuanto a la corrupción tenemos ejemplos sobrados como para echarnos las manos a la cabeza. En definitiva es la mezcla de ignorancia y  corrupción de nuestros dirigentes la que esta llevando en gran parte a España, en general, a la  demoledora situación en la que estamos.
 Pero pensemos en positivo quedándonos con la idea de que existen países así como modelos a imitar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario