sábado, 28 de mayo de 2016

MÁS DE LO MISMO

Debajo de cada piedra aparece un escándalo. El último, de momento, es que la ya famosa entidad Ausbanc ha recibido de la banca española en los últimos diez años 39 millones de euros en pagos por su silencio ante las tropelías que iban cometiendo los bancos para mejorar sus beneficios. Si resulta que a un banco de primera línea la negativa a pagar un chantaje de un millón de euros, le costó no ingresar 100 millones de atípicos, extrapolando esa proporción a la "recaudación" de esos mafiosos, los bancos han estado timando a sus clientes en ese período, 3.900 millones de euros. Y entretanto ¿que hacía el garante de la buena práctica de los bancos, que según los principios fundacionales debería ser el Banco de España?. Pues permitir actuaciones fraudulentas como las que nos ocupan, la salida a Bolsa de un banco en quiebra como era Bankia y mirar para otro lado respecto al absoluto descontrol de la mayoría de las Cajas de Ahorro y algunos bancos, todos ellos en quiebra. Sin duda esos temas se la traían floja a el por entonces Gobernador que ya se había ocupado en el 2.008  de que se aprobara un sistema de pago por indemnizaciones por bajas voluntarias - como fue su caso - para los altos cargos del BE. Todo un personaje ese dirigente, que por un lado lanzaba proclamas de austeridad pidiendo moderación salarial e indemnizaciones por despido a la baja, en tanto que él, percibió durante los dos años de cesantía el 80% de su salario y por su baja voluntaria como indemnización, del orden de 350.000 euros, cifra que por otra parte el Tribunal de Cuentas ha bendecido porque se ajusta a la norma interna que rige en nuestro banco central. La actitud de este individuo me recuerda a la del fraile que al ser recriminado por su forma de actuar por un feligrés, le contestó diciendo "fijaros en lo que digo y no en lo que hago".

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