En la nao VICTORIA se había dado un acto de sodomía que había sido resuelto por su capitán Mendoza- con el conocimiento de Cartagena - con una tanda de latigazos, tal como era el castigo habitual a bordo en este tipo de situaciones si la relación había sido consentida como parecía ser el caso. Además en el supuesto de que así no fuera estos asuntos eran resueltos una vez el barco había tocado tierra. Sin embargo parece que Magallanes aprovechó la oportunidad para marcar territorio haciendo que los dos marineros fueran colgados de una verga. La situación se fue tensando máxime cuando Cartagena exigió conocer de forma airada las intenciones del portugués en cuanto el rumbo que había decidido, ocasión que este último aprovechó para, en nombre del Rey, declarar preso a Cartagena por encabezar un intento de motín, acusación que debería haber sido acompañada por su inmediato ajusticiamiento, pero los padrinos de Cartagena eran poderosos, lo que retuvo por el momento a Magallanes.
A partir de ese momento -y eso es algo que nunca se sabrá el porqué- Magallanes toma la decisión de cambiar de rumbo poniendo proa a occidente, es decir a la costa sudamericana, a Brasil concrétamente, donde cruzado el paralelo 0, el ecuador, llegarían tras una travesía lenta y llena de dificultades por la carencia de agua y provisiones y con el latente polvorín de un Cartagena al que se le había - además- desposeído de todos sus cargos. En definitiva la sombra de la tragedia aleteaba ya entre la expedición.
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