martes, 20 de octubre de 2020

NI ANTICIPACIÓN, NI CONTUNDENCIA, NI RAPIDEZ.

¿Nos estamos anticipando a la previsible evolución, a peor, de los efectos del coronavirus, como norma de obligado cumplimiento de una correcta forma de dirigir?. Lo dudo, como quedará demostrado cuando veamos que a no tardar mucho nuestro Gobierno tomará medidas más restrictivas viendo que a las actuales les falta la contundencia necesaria. ¿ Las medidas adoptadas están siendo aplicadas con la suficiente rapidez?. Aquí no me cabe la duda porque la respuesta es un no rotundo. Desde el día 4 de octubre los parámetros de seguimiento han empeorado de manera progresiva y es el día 17 cuando Urkullu y su equipo asesor toma la decisión de reforzar las medidas anti virus, pero estas no entrarán en vigor hasta que el TSJPV de su visto bueno, cosa que se rumorea lo hará el día 24. Estamos en una carrera contra el reloj y estamos tardando 20 días entre el hecho y la aplicación de las medidas para corregirlo. No se entiende por otra parte que se decreten unas medidas y haya que esperar, poniendo la oreja, para ver como le suenan a la Justicia. Pero ¿es que no existe una comunicación continua entre ambos poderes?. ¿El Tribunal no entiende la situación dramática por la que atravesamos y se empeña en sacársela con papel de fumar?. Así, entre la falta de anticipación, contundencia y rapidez, aunada con la exquisita posición del TSJPV, vamos de victoria en victoria hasta la derrota final, que decían los hermanos Marx.
 

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