"Nuestro objetivo irrenunciable es la independencia de Cataluña", proclaman los políticos catalanes mandamases, Aragonés, Junquera y Cuixart. El Presidente Sánchez manifiesta por su parte que "no habrá jamás un referéndum en Cataluña para preguntar a los consultados si quieren la independencia para Cataluña o no". En otras palabras, las posiciones encontradas de ambas partes están - por si lo estuvieran ya desde hace años - perfectamente establecidas y son tan distantes y definidas como los son nuestros dos polos geográficos, el norte y el sur.
Las posturas están tan alejadas que parece imposible llegar a un acuerdo y aunque de partida están inusualmente exageradas, esto no deja de ser sino una maniobra tan vieja como al mundo por aquello de que "pide lo imposible para lograr lo posible" y lo posible empieza a vislumbrarse por la declaración del presidente Sánchez que ejerciendo de político dice que "jamás, etc. etc." cuando es bien sabido que para un político la expresión "jamás" tiene un significado bien distinto que para el resto de los mortales ya que para ellos la duración del "jamás" difícilmente pasa de los 10 minutos. Así que por ese lado vamos bien respecto a que algún acuerdo saldrá de esta negociación. No habrá referéndum, por ejemplo, pero puede haber una encuesta. Y en cuanto a los catalanes, se darían con un ladrillo refractario en los dientes si consiguieran como resultado de esta negociación un Estatuto del corte del que tenemos en el País Vasco por el que tanto suspiran en el fondo y eso sí, dejando siempre a modo de espada de Damocles su pretensión de independizarse del resto de España. Se tomarán su tiempo y el peligro de llegar a algún tipo de acuerdo está que entre tanto el Partido Popular se haga con el poder. Estas son hipótesis, pero lo que es un hecho cierto es que nos vamos a entretener.
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