No se me ocurre otra definición más acorde con la realidad acerca de la situación que heredamos tras la muerte de ese siniestro personaje al que sus colegas militares llamaban Franquito. Estafa porque llamar a una continuidad del Régimen al que poéticamente denominaban Democracia orgánica, llamar decía,Transición no deja de ser una descomunal estafa. Porque dando a las palabras su justo valor hay que convenir en que la transición debe entenderse como la acción y efectos de pasar de un estado a otro distinto y esto no solo ha ocurrido en España desde 1.975 (que parece que fue ayer y en un suspiro habrá pasado desde entonces medio siglo) y lo curioso es que la tendencia de los acontecimientos no hace sino empeorar la mala situación política desde la mal llamada Transición.
Estamos asistiendo a una progresiva degradación de la clase política que dice dirigirnos sin que el pueblo soberano piense más allá de su empleo, de su hipoteca, de sus vacaciones y de la marcha en la competición del club de fútbol de sus amores. Que personajillos como Aznar, Zaplana, Pujol, Rajoy, Esperanza Aguirre, Casado, Lesmes, Camps, Corcuera, Guerra, Ana Mato, Wert, Fernández Diaz, Soria y un largo etc. hayan marcado el paso de España refleja el timo que está siendo esa llamada transición que no ha sido otra cosa de "más de lo mismo" lo que es igual a una continuidad a través del tiempo de una pléyade de trileros políticos que campan por el país con la misma impunidad y provecho que alcanzaron durante los 36 años de dictadura.
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