En el mundillo futbolístico hay una expresión que se repite hasta la
saciedad en cuanto ocurren hechos no deseados en los terrenos de juego,
que es el "lo que ocurre en el campo, en el campo se queda y en todo
caso, en la caseta se cierra".
Esta máxima ha sido utilizada por Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) en numerosas ocasiones en los que había que tirar de discreción sobre todo en cuanto se producían debates sobre los derroteros de su filosofía, pero dado como bajan las aguas de turbulentas ante la presunta salida del MCC de las cooperativas ORONA de Hernani y ULMA de Oñati, me da la sensación de que esta vez el debate que tal decisión pueda producir va a transcender las puertas de la corporación de modo que la cuestión no se va a cerrar en en "la caseta".
Estas salidas, de producirse finalmente, tienen sus antecedentes en las salidas del Grupo Cooperativo en el 2.008 de dos cooperativas de relumbrón como lo son sin duda IRIZAR, (empresa que en su origen hace 125 años fue familiar y que hoy tiene 13 centros de producción repartidos por los 5 continentes y que da trabajo a 2.750 empleados) y AMPO POYAN fabricante de válvulas con 330 empleos y fuerte vocación exportadora toda vez que dirige el 46% de su producción a los mercados exteriores.
ORONA, por seguir haciendo la presentación de los personajes que tienen un puesto en esta historia que puede suponer el "un antes y un después" en el devenir del movimiento cooperativo que se ha dado a conocer como el de Mondragón, es una cooperativa que se dedica al diseño, fabricación y mantenimiento de ascensores, escaleras mecánicas, rampas y pasillos, con presencia en 81 países del mundo, que da ocupación a 5.500 personas y factura del orden de 850 millones de euros anuales.
ULMA es una cooperativa "rara avis" dentro del grupo ya que se ha convertido en un holding de cooperativas (son ya 9) unidas bajo su marca. Está presente con alguno de sus productos tales como, invernaderos, rodillos-tambores-guirnaldas y soportes, almacenes automáticos, prefabricados para la construcción en hormigón-polímero, encofrados y andamios para la construcción, equipos y sistemas de packaging, bridas-fittings, carretillas elevadoras y servicios de ingeniería. Están ocupadas en este grupo de cooperativas 5.500 personas que facturan del orden de 900 millones de euros al año. Están presentes por medio de alguna de sus divisiones en 100 países.
No es la primera vez que los rectores de esta cooperativa han intentado separarse de MCC y tener andadura propia ya que su vocación era la de formar un grupo industrial independiente y así lo hicieron en 1.993, pero en el 2.002 fue voluntad de sus socios el de adherirse a la División Industrial de MCC, donde permanecen hasta hoy, 12 de noviembre y a la espera de que lo que nuevamente decidan sus bases.
De
producirse la salida de estas dos cooperativas se consumaría el hecho
de que las cuatro mayores empresas guipuzcoanas industriales de corte
cooperativo estarían fuera de MCC lo que supondría un duro golpe para la
Corporación y lo que representa. Habrá que estar atentos a lo que
trascienda del Congreso de MCC que se celebrará dentro de 3 días
exactamente.
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