Dicen los argentinos con la gracia que a veces les caracteriza "Todo está bajo control. Nada funciona". Evidentemente no puede aplicarse esta sentencia al famoso caso del primer contagio del ébola que hemos tenido, porque no todo ha dejado de funcionar en España en ese asunto, pero algunas cosas de las que ha manifestado la locuaz ministra Mato, levantan suspicacias. Existe una tendencia muy extendida entre los políticos emplear palabras talismanes, pensando que su utilización es el summum del rigor y una de ellas es "protocolo". Por si fuera poco, además se suelen adornar por chicuelinas para dar más énfasis a su aportación, añadiendo a la palabra la expresión "estrictamente" o "incumplimiento parcial" cuando la cosa pinta mal, olvidando o ignorando que el cumplimiento o no del mísmo, no admite calificativos, que esto, al igual que el embarazo, se está o no se está, se cumple o no se cumple. Añadir que se está estrictamente embarazada no añade ni una pizca de información al tema. En esta misma línea se suele también utilizar términos que caen en la misma deformación por las ganas de querer rizar el rizo. Así se utilizan muchas veces expresiones como, "rigurosamente perpendicular", "perfectamente paralelos", " exactamente concéntricos". En definitiva llevar al lenguaje al barroco, no aporta nada, excepto alargar lo inalargable.
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