Sin ningún género de dudas, el apoyo del PNV a Rajoy dando su voto favorable a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, ha supuesto para el Gobierno un apoyo importante del que estaba tan necesitado como el agua de este mes en el campo. El PNV, ducho en el dificil arte de negociar con el poder central habrá jugado bien sus bazas y habrá sacado de la negociación un jugoso botín en forma de mejoras en el espinoso tema del Cupo, la entrada del TAV en Bilbao, la mejor, por más barata, tarifación en las líneas eléctricas de 30.000 voltios, la paralización "sine die" de los tics del Gobierno central contra las leyes autonómicas.... En definitiva, el balance de la negociación bajo el punto de vista de los logros materiales obtenidos, de matrícula de honor. Pero en este mundo traidor, nada es verdad, nada es mentira, ya que todo es del color del cristal a través del que se mira, que decía el poeta, de tal suerte que si se mira la negociación con el cristal del color de la ética - y no hace falta explicar el término ni sus circunstancias - pues la calificación es diametralmente opuesta, vamos, de suspenso. Y aquí, una vez más, habrá un tercio de opiniones que estará a favor del pragmatismo, otro tercio a favor de la ética y el resto hasta el 110 % que diría uno de letras, pues ni fu ni fa. Ni chicha ni pescado. Bueno, pues eso. Si tienen ganas de posicionarse háganlo y si no pues es más que probable que el 31 de diciembre siga siendo San Silvestre.
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